Por Fabrizio Turturici

Hay un tema preocupante que escapa de la agenda, tanto política como periodística, y que representa un profundo conflicto estructural de la sociedad argentina. Se trata de la realidad de los jubilados, olvidados por la prensa y “maltratados” por la política. La tercera edad, en el país, lejos de ser respetada y escuchada, está condenada a supervivir por sus propios medios al aquelarre de las grandes ciudades.

Sin embargo, todavía quedan —perdidos entre la bruma— algunos dirigentes que luchan por los derechos de los jubilados. Conclusión entrevistó a Mirta Tundis (diputada nacional por el Frente Renovador y presidenta de la Comisión de Personas Mayores), Eugenio Semino (Defensor nacional de la Tercera Edad) y Patricia Della Pietra (abogada incansable que lidia contra las injusticias de los jubilados).

“Es angustiante no saber si llegamos a fin de mes, no saber si mañana vamos a tener un plato para comer y un medicamento para tomar”, relatan con angustia Raúl y Elvira, una pareja de jubilados curtida por la vida laboral. “La realidad social de los jubilados es pésima”, coinciden los políticos consultados.

Para contextualizar la gravedad de la situación, cabe remarcar lo siguiente: los haberes jubilatorios rondan entre 4.960 pesos, que es la mínima, y 7.000, que es la media. En ninguno de los casos puede alcanzar para vivir, teniendo en cuenta que la canasta básica supera los 9.500 pesos. “Un jubilado, para vivir bien hoy en día, debería estar ganando 10.000 pesos, como mínimo. Ya que para ellos, ni los medicamentos, ni los servicios públicos, ni otros beneficios, son gratuitos”, formuló Tundis.

Un 53 por ciento de los jubilados nacionales, que representan una cifra de 2,5 millones, ganan la mínima. Con el cambio de Gobierno, los mismos gozaron de un 15 por ciento de aumento. No obstante, a éste ya se lo devoró una inflación del 4 por ciento mensual y una fuerte devaluación que supera el 60 por ciento.

“La verdad que este incremento no hace a la diferencia, teniendo en cuenta los factores externos que mencionás. Los que cobraban la mínima, ahora ganan alrededor de 5.100 pesos, que ni por asomo se acerca a una cifra razonable”, ratificó Tundis.

En consonancia, Semino agregó: “Los medicamentos de mayor tasa de uso aumentaron más del 100 por ciento. Y a eso hay que sumarle los problemas de salud, con un Pami en déficit. Los jubilados la están pasando realmente muy mal”, subrayó el defensor de la Tercera Edad.

¿Están cobrando al día o suelen denunciar retrasos? «Hasta el momento, no hemos experimentado retraso alguno en las cobranzas. Lo que sí se demoran son los juicios, pues agotan todas las instancias hasta la Corte Suprema”, reconoció la abogada Patricia Della Pietra.

“Lamentablemente, la situación de los jubilados no es un tema de agenda para el Gobierno. Desde el Frente Renovador queremos instalarlo. Ya nos dieron número de expediente al proyecto presentado sobre el 82 por ciento móvil. También presentamos la jubilación anticipada, porque tenemos 35 mil jubilados —según estadísticas oficiales del Ansés— que tienen los aportes pero no la edad, entonces no entran dentro de la moratoria y quedan fuera del sistema. La situación desesperante de muchos despedidos se debe a que son demasiado jóvenes para cobrar jubilación pero demasiado viejos para trabajar”, comentó la Presidenta de la Comisión de Personas Mayores.

¿Qué pasará con la eterna postergación del 82 por ciento móvil? “Lo vamos a pelear en el recinto, es una deuda interna y nos estamos ocupando de ella. El Gobierno se preocupa por pagar a los holdouts y saldar la deuda externa, pero de la interna no se ocupa nadie. Ni la administración pasada ni ésta le presta atención a eso”, dijo Tundis.

Respaldando los dichos de la diputada, el Defensor de la Tercera Edad comentó: «Hace diez años que recurrimos al Congreso de la Nación para que quiten el Impuesto a las Ganancias a los jubilados. Ni los sueldos ni las jubilaciones son ganancias. Aparte hay una doble injusticia: al jubilado se le cobra una doble imposición sobre el haber».

En contrapartida, Della Pietra destacó: “El 82 por ciento móvil es del mínimo vital y móvil, no del haber de cada actividad, que es lo que realmente debería pedirse. Los políticos, cuando lo mencionan, se cuidan de no aclarar y dejarlo oculto en la confusión, ya que ese verdadero 82 por ciento móvil sería imposible», enfatizó.

Otro tema que preocupa con creces, es la inflación, que afecta lógicamente a los sectores más vulnerables. En este orden, Tundis aclaró: “No vemos un plan económico destinado a parar la inflación. Si no atacan el peor flagelo de nuestro país, nunca nada va a alcanzar”.

“Desde hace años, la inflación es un flagelo para todos los argentinos, pero sobre todo para los jubilados, que pertenecen a los sectores más vulnerables. La suba de precios hace perder progresivamente la calidad de vida de la gente. Más allá de lo que implique la ley de movilidad, que siempre corre de atrás a la inflación”, apuntó Semino.

A su vez, el Defensor de la Tercera Edad opinó que “con el nuevo Gobierno no estamos ni mejor ni peor: es difícil de evaluar. En realidad, hay una continuidad de problemas. Yo no sé si las medidas de Macri desprotegen a la tercera edad, pero sí puedo decir que no implementó medidas estructurales para que algo cambie. Veremos con el trascurso del tiempo”.

Las principales batallas de Mirta Tundis en el Congreso, este año, serán las referidas al “82 por ciento móvil y la eliminación del Impuesto a las Ganancias para los jubilados”. Además, el Frente Renovador presentó un proyecto que se discutirá en comisiones, cuyo objetivo es poder elevar las escalas, ya que “no queremos esperar hasta el 2017”. Que exista una moratoria “como la gente”, para que todos los jubilados pueden tener beneficios el día de mañana.

En otro orden, Eugenio Semino reafirmó que «debería haber un nuevo pacto sobre la Seguridad Social con una reestructura del financiamiento. Es necesario debatir una nueva estructura fiscal en Argentina. Ya que la Seguridad Social se financia de dos fuentes. La mitad, con aportes y contribuciones de los trabajadores. Esta fuente está debilitada ya que el 36 por ciento de los trabajadores lo hacen en negro. Y el resto de la Seguridad Social se financia con impuestos, encabezados por el IVA, que aporta entre el 11 y 17 por ciento mensualmente. El mismo, como todos sabemos, es el más regresivo de los impuestos, el que más afecta a los pobres. Entonces, es absurdo que el IVA financie a la Seguridad Social y no lo haga el impuesto a la renta financiera (que no existe) o el impuesto a los hidrocarburos, a la renta minera (todas ellas lo hacen en mínima proporción), al juego…»

En suma, la discusión de fondo es cómo el Estado evita el trabajo en negro y a su vez, cómo se reestructura la escala fiscal para que no financien a la Seguridad Social los impuestos regresivos sino los impuestos a la riqueza.

¿Es correcto que jubilados que nunca aportaron cobren igual, a partir de las moratorias vigentes? «Creo absolutamente necesario que se los integre al sistema. Pero el dinero lo tendría que haber puesto el Estado, no Anses. Es decir, está bien, pero no utilizando la caja de los contribuyentes», respondió Semino.

Siguiendo la misma línea, hace algunos días, Diego Bossio, ex titular de Anses, reveló que Cristina Fernández de Kirchner utilizaba fondos de los contribuyentes para costear el programa televisivo 678. En opinión de Tundis, “es tan cierto como doloroso. La plata de los jubilados se ha utilizado para proyectos que nada tenían que ver con ellos. Nadie está en contra del Fútbol para Todos, Procrear, Conectar Igualdad, Qunita y demás; pero la plata de los jubilados, debe estar destinada a ellos”.

—En Argentina siempre hubo una confusión de caja del Estado con la de caja del Ansés…

—Claro, es la triste verdad. Si consideran que la plata del Anses debe ser utilizada para otros programas, entonces que generen nuevas partidas. Pero no podemos avalar lo que se hizo. En definitiva, es la plata de la gente (trabajadores, jubilados y demás) y hay otras prioridades.

—¿Y eso no es malversación de fondos?

—Sí, ya que no fueron utilizados para lo que estaba destinado. En ningún país serio se utilizan los recursos de la Seguridad Social para otros fines que no sean netamente referidos al sistema previsional. Uno puede hacer inversiones, que la ley lo permite, pero no sostener un programa televisivo o un partido de fútbol.

“Hubo malversación de fondos con la plata de los jubilados que fue destinada a 678 y Fútbol para Todos”