El financiamiento con tarjetas de crédito se vuelve cada vez más caro para los consumidores, que deben afrontar hasta un 100 por ciento anual en el costo de los saldos deudores, como consecuencia de la suba de tasas avaladas por el Banco Central a través de licitaciones de LEBACs.

El consumo interno fue uno de los puntos clave para sostener la economía durante el Gobierno anterior, mientras las grandes cadenas y marcas se beneficiaron por los programas de cuotas que se encargaron de dar envión al gasto de los argentinos, particularmente en los últimos meses.

A su vez, a raíz del escenario inflacionario, los consumidores optaron por adelantar compras a través del financiamiento y dar pelea, así, a la erosión del poder adquisitivo.

Sin embargo, con la política implementada por el Banco Central durante los últimos meses, ahora se deberá afrontar un incremento en los servicios de las principales operadores tras la suba de tasas, una de las principales herramientas del Gobierno para combatir la inflación.

Por ello, adquirir un producto y financiarlo con crédito será más caro, particularmente si se realiza el pago mínimo ante la imposibilidad de saldar toda la deuda.

Si bien el ciudadano cuenta todavía con programas de pago de hasta 12 cuotas sin interés, deberá afrontar una elevada tasa nominal anual, que puede llegar al 100 por ciento, según el caso.

Especialistas recomiendan poner especial atención a la información que brindan los resúmenes de los bancos para contar con mayor información y evaluar si es conveniente realizar un pago mínimo, parcial o intentar cancelar todo el monto de una vez, si se cuenta con esa posibilidad.