Por Santiago Fraga

El fútbol une fronteras. La pelota rodando, el grito de la hinchada, la gestualidad en cada jugada, son piezas que conforman un idioma universal escondido detrás de cada bocha. Así, casi sin hablar una palabra de español, Alcel Faugues supo que en Rosario podría buscar cumplir un sueño que en su país se le había negado: ser director técnico.

Nacido en 1985 en Mole-Saint-Nicolas, Haití, ‘Ali’, como lo conocen aquí, llegó a Rosario el 18 de febrero de 2011 con la idea fija de que en «la ciudad de Lionel Messi» podría desarrollar todo su potencial ligado al fútbol y la enseñanza. En su primer año se inscribió y cursó la carrera de Medicina, pero siempre supo que su profesión era el fútbol, y al mismo tiempo comenzó a realizar el curso de director técnico.

Hoy día, con su título en mano y dividiendo sus días entre su familia 9afe5453-c46c-4d9e-b96e-72b6b16742dd(esposa y dos hijos), la conducción técnica y su trabajo de ocho horas en una cadena de comida rápida, Alcel se encuentra en la Asociación Civil Club María Reina, donde coordina en el fútbol de infantiles tras realizar igual trabajo en el Club Atlético Provincial. Su sueño es salir campeón del mundo con un país de raza negra (ya que sostiene que el fútbol no tiene que ver con la discriminación) y dirigir un equipo del fútbol argentino, además de su querida Selección.

Las complicaciones con el idioma representaron una dificultad pero no un impedimento para él, que a fin de cuentas demostró que en el deporte se puede comunicar sin la necesidad de hablar la misma lengua. Ahora que ya se comunica con buena fluidez en el español asegura que incluso hay conceptos futbolísticos que le son más fáciles de transmitir a sus compañeros argentinos que a personas que hablen francés o kreyòl (criollo, idioma haitiano).

Con esfuerzo, perseverancia y estudio, Faugues busca hacerse un hueco en el vasto mundo del fútbol en Argentina, pero previamente su vida estuvo signada por la tragedia que marcó a todos los haitianos y que fue el comienzo de su historia en el país.

Terremoto

Al 12 de enero de 2010, Alcel se encontraba estudiando Ciencias de la Informática en la capital del país, Port-au-Prince. En aquel entonces, ya trabajaba en el fútbol profesional como ayudante de campo, tras hacer un curso de la Federación Haitiana de Fútbol. Mismo aquella tragedia estuvo marcada por este deporte en su vida: “Yo estuve en la Capital durante el terremoto, estaba durmiendo en una casa. Escuché todo el ruido afuera y cuando salgo veo que toda la calle se empieza a mover, que la casa se empieza caer, y yo vivía cerca de una canchita. Fui hasta allá y me quedé en el centro de la canchita. ‘Si pasa algo acá no tengo problema’, ahí estaba seguro”, recordó.

Una semana después recién pudo entrar en comunicación con sus padres, ya que estaban en otra ciudad y no se podía viajar en aquel entonces ya que “a cada minuto de cada día había una réplica”. A partir de allí, con la imposibilidad de poder seguir continuando sus estudios en su país, surge la posibilidad de venir a Sudamérica. “Con Argentina es como que tenemos relación diplomática, no necesitamos visa para venir acá a estudiar, y yo me anoté en Medicina pero realmente vine para hacer el curso de Director Técnico Nacional de Fútbol. Vine directamente a Rosario porque no quería ir a otro lado. Ya tenía un compañero que vivía acá y yo por suerte hoy vivo en la ciudad de Lionel Messi. Me siento muy cómodo”.

Llegada a Rosario

Alcel describe sus dos primeros años como “terribles” personalmente y “muy difíciles”: “Todos los haitianos pasamos por lo mismo. Venimos sin saber castellano, aprendimos en la calle, con la gente, con mucha inteligencia, escuchando bien cuando hablan así memorizamos lo que dicen los argentinos cuando hablan. Aprendimos así porque no conseguíamos oportunidad para ir a una escuela para aprender. Es decir que fue muy difícil los primeros años en Rosario. Los dos primeros años que pasamos fueron terribles para personalmente. Mi segundo día en Argentina ya fue en la facultad en Medicina porque ya desde allá me habían anotado. Imaginate”.

En el curso de director técnico las cosas no fueron más fáciles. Supo compartir curso con Lucas Bernardi (ex técnico de Newell’s, quien vivió ocho años en Francia y habla un fluído francés), pero de todas formas Ali sostiene que lo que más lo llevó a entender fue la práctica: “El fútbol es una cosa puramente práctica. Teóricamente sirve965e1c26-2cfb-4232-b548-afc7b6c51118 también, pero la práctica es lo más importante. Todo lo que era las cosas que hacemos dentro del campo y los ejercicios no me resultaba difícil, pero por ahí hay cosas básicas también por el lenguaje futbolistico, la parte en la que se tiene que hablar, la psicología, meterte en el pensamiento, eso sí era más difícil para mí”. Así y todo, hoy asegura que esos conceptos que teóricamente le resultaban difíciles de expresar hoy es más capaz transmitirselos a sus dirigidos argentinos que, por ejemplo, a sus compatriotas en el equipo amateur que también dirige: “FC Estudiantes Haitianos”.

Título y primeras experiencias

En noviembre de 2014 Alcel se recibió de Director Técnico Nacional de Fútbol en la Escuela Nº 115 de la Atfa (Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino). Un año antes, ya comenzaba a hacer sus primeras armas en las infantiles del Club Atlético Provincial. El ‘profe’ Rodolfo Robledo fue quien lo llevó al club como ayudante, luego de conocerse en un curso del Villarreal de España en Adiur en 2013. “El primer año trabaje colaborando con él, y luego por mi cuenta cobrando normalmente”, detalla de su primera experiencia laboral en el fútbol argentino.

2d17e210-8faa-4b1f-8b40-6c996a035d0aYo pensaba que iba a ser imposible”, aseguró sobre su primer día en el club. “Eran todos blancos, yo el único negro. Pero el conocimiento no tiene nada que ver nunca con la nacionalidad. Alguien que tiene conocimiento puede hacer lo que quiere con lo que tiene, hay que saber compartirlo, y si no sabés hacerlo no sirve para nada”, agregó.

Así, en su primer día no sabía directamente cómo arrancar. Los conocimientos futbolísticos los tenía de sobra, pero le faltaba el poder hablar con los chicos. Las primeras semanas fueron complicadas, pero luego se acomodó y desde ahí no paró más. Finalmente estuvo tres años trabajando en Provincial, en lo que el describe como una experiencia “hermosa”. “Para mí es un club que no voy a olvidar nunca. Es el primer club en Argentina en donde yo hice una experiencia tan importante para mi carrera y que tiene muy buena gente”, describió.

Hoy

Hace un año Alcel Faugues dejó el club rojiblanco por la Asociación Civil Club María Reina, ubicado en la zona noroeste de la ciudad y que cuenta con una realidad distinta a la de Provincial. “Todo el mundo en la Rosarina sabe que Provincial y María Reina son dos clubes diferentes. Cada uno tiene su forma de trabajo, sus elementos, su filosofía, cada uno tiene un tipo de gente diferente, pero en María Reina estamos bien. Quizás no tengo los mismos elementos que tenía en Provincial, ya que no es tan grande como Provincial, pero tengo elementos para trabajar normalmente, y al hablar de elementos también hablo de los chicos que están acá para aprender. La pasó re bien con ellos, son muy respetuosos. Y hay gente de Rosario que dicen que los chicos que viven en un barrio no 0d3030a3-d48b-451d-aa2c-ee649e60e6c3tienen la misma educación que un chico del centro, ponele, pero para mí no tiene ninguna diferencia. Son chicos muy respetuosos y trabajamos siempre para mejorar, para hacerlo bien, y cambiar la realidad desde lo futbolístico”.

Además, hace tres años trabaja cortando carne en la cadena Billy Lomito, por lo que hay días en los que entre trabajo y entrenamiento está más de 15 horas fuera de su casa y su familia.

Modelos a seguir

Alcel tiene dos modelos a seguir dentro de la dirección técnica de fútbol: “Mis ídolos, desde el corazón, son Marcelo Bielsa, desde que estaba en Haití, y el ‘Cholo’ Simeone, con la cantidad de modernización que hubo en el fútbol”.

Pese a ser dos técnicos opuestos filosóficamente, rescata de cada uno lo positivo para armar su propio esquema y personalidad. De Simeone rescata que es un técnico que sabe jugar defensivamente, que “jugar defensivo no es solamente poner a los jugadores atrás a que revienten la pelota” y que en el sistema del Cholo “saben marcar”: “No es fácil, por ejemplo Mourinho se defiende bien pero no hace como el Cholo. En un partido de Mourinho pueden salir 2 o 3 con tarjeta roja, con el Cholo es más probable que salga con roja un delantero que un defensor”. Además, destaca que es un “líder” y que tiene “súper autoridad” para hablar con sus jugadores. En cuanto al Loco, destaca la impaciencia que tiene él para ver los resultados y su forma de ser con los jugadores y en los partidos. “Yo quiero seguir como un espejo para trabajar igual que ellos, pero si puedo mejorar algo en mi forma directamente, yo voy a complementar lo de ellos con lo mío”.

Faugues tiene un esquema claro: 4-2-3-1. “Doble cinco para recuperar, y de los tres del medio el del centro tiene que hacer el juego como un Ronaldinho, ponele, y el 9 de punta como un Fernando Torres”, detalla, aunque asegura que lo más importante es “aprender a jugar al fútbol cuando se tiene la pelota y defender cuando no se tiene. El doble 5 tiene que estar siempre para defender sin pelota, y con pelota haciendo el juego y jugando así”.

Su sueño

Mi primer sueño, el más importante, es llevar a un país de raza negra muy lejos en la copa Mundial, y si se puede salir campeón va a ser completito”, asegura sin titubear y con una sonrisa, y rápidamente aclara su elección: “Digo esto porque el fútbol de ahora no tiene que ver con la discriminación. Y tampoco tiene nada que ver con ningún país ‘fuerte’ o ‘débil’. Hay que tener elementos y un enseñador que sepa para ayudar a los jugadores”.1507096_800936106647196_8875362950267764193_n

En segundo lugar, él quiere dirigir en el fútbol argentino. ¿A qué equipo? Ni Newell’s, ni Central, ni Boca, ni River… San Lorenzo. “Cuando el Tata Martino, que es un genio, estuvo en Newell’s, a mí me gustaba mucho como jugaba, y entonces si Newells jugaba con Olimpo, Huracán, o cualquiera, yo era hincha de Newell’s. Ahora está jugando bien el Chacho con Central, y yo sin ningún problema hincho para Central. Pero yo tengo un sentimiento con San Lorenzo, porque yo conocí a San Lorenzo en Haití, y cuando llegué acá y vi el plantel que tenía me gusto mucho y sigue así hasta ahora. En el curso de técnico tenía que entregar un proyecto como para dirigir un club de acá, que tenés que saber todos los nombres de los jugadores del plantel, los dirigentes, cómo juega, qué sistema usa, y yo elegí a San Lorenzo porque me gustaba personalmente, es algo de corazón”.

¿Y dirigir a Haití?

“Me encantaría. No depende de mi categoría, porque ya sé lo que son los dirigentes en el fútbol allá. Personalmente, y como todo el mundo sabe, Haití está muy abajo futbolísticamente. No es porque no hay elementos, hay elementos, pero la base para formar a los chicos allá no es como en Argentina. Nada que ver. En Argentina en todos lados del país hay escuelas de fútbol, desde cuando tiene 4 años el chico empieza a jugar al fútbol, a tener un sueño, pero con nosotros es diferente. Y no creo que pase sólo en Haití, para mí en todo el Caribe falta esta organización para que se empiece a enseñar a los chicos o a que elijan algún deporte”, detalla Alcel.

Es que Haití clasificó una sola vez en la Copa del Mundo, en Alemania 1974, y desde allí en adelante nunca más volvió a clasificarse. Su explicación es que esto no es porque no haya materiales, sino porque “los formadores que tenemos no son formadores de corazón”.

Sin contar los interinatos, de los últimos trece técnicos que han dirigido el Seleccionado haitiano, nueve han sido extranjeros (dos argentinos: Jorge Castelli y Vicente Cayetano Rodríguez). “Hoy 99% de los técnicos nacionales de Haití son extranjeros, pero no sólo la selección mayor, sino la Sub-20, 23, 17, 15. Una minoría son hatianos”.

¿Es un impedimento para vos el hecho de que ni la Selección respalde a DT’s haitianos? “Es que dirigir la Selección tiene que ser el sueño primordial para mí, pero conozco la gente de allá, los dirigentes, y no es fácil. Y no tiene nada que ver con que en Haití haya pobreza o falten técnicos. Que uno sea haitiano tampoco tiene 103fa626-3f29-4098-af1a-cdd95d3d1db9nada que ver con el conocimiento, porque yo estuve en Argentina y salí con el mismo conocimiento que mi compañero de curso argentino. Si algun dia me llaman para dirigir voy a hacer todo para desarrollar lo que aprendí en Argentina”

En Haití, los dirigentes del fútbol tienen otras prioridades. Prefieren incorporar entrenadores extranjeros que hacer hincapié en fortalecer lo propio. Esto, incluso, muchas veces es complicado para los jugadores, tanto los grandes como los juveniles, el no tener un entrenador que hable su iioma natal. “Nosotros aprendimos francés igual que como aprendimos español, no es un idioma maternal, el idioma nativo nuestro es el kreyòl, o criollo, y si tenemos un técnico que habla en nuestra idioma, un haitiano, va a ser una gran diferencia porque además va a hacer un montón de esfuerzo para sacar al país de la situación en la que estamos deportivamente, y lo va a hacer con todo el corazon. Digo esto porque la forma en que va a tratar un técnico haitiano no va a ser la misma que un extranjero, que viene y trabaja bien pero porque es su contrato, le pagan para eso. Un haitiano de sangre incluso a veces se le va a olvidar la plata que va a cobrar. Yo digo la esperanza es esta, pero nosotros tenemos que empezar a aprovechar los frutos que tenemos”.

Realidad y futuro

En Haití hay un montón de futuros. Los que chicos saben, tienen idea, pero no tienen un grupo de dirigentes para formarse, para que los ayuden y para aprovechar el conocimiento que está adentro de ellos”. Una de las propuestas de Faugues es que Argentina sea quien dé una mano a Haití para comenzar a crear esa base de formación. “Crear una escuela de fútbol como las de acá era uno de mis objetivos, pero si tengo que organizarme para hacer una escuela como la de Provincial, para formar jugadores de 4 hasta 18 años, tengo que salir económicamente hecho de acá. Eso es lo básico que nos falta, algún dirigente de allá tiene que ver si se puede hacer porque si yo volviera ahora a Haití tendría que trabajar diez años para poder hacer una escuela de medianamente buen nivel para formar jugadores”.

El problema es que en aquel país todas las decisiones pasan por la política: “Todo lo que hay en Haití entra en la política, y el fútbol también”.

Futbolísticamente: Haití tiene una liga profesional, a la que faltan un montón de cosas. “Le falta estructura por los estadios, por el nivel que tiene, por la plata que cobran los jugadores. Son cosas que se tienen que mejorar, y si no se mejora el fútbol de Haití va a empezar a bajar el nivel, que de por sí ya no estamos en un nivel alto. En dos o tres años República Dominicana va a tener una liga mucho más importante que nosotros, y hasta años anteriores eramos un país muy fuerte a nivel futbolístico en el Caribe”.

Socialmente: “Haití es un país que después de la catástrofe del 2010 está yendo a paso cortito para ver si se puede acomodar. Antes del terremoto era un país tranquilo, con un montón de oportunidades, donde no había tantos problemas, ni tanta pobreza. La gente perdió un montón de cosas, todas sus cosas, y en la Capital que era doen teníamos todas las cosas importantes del país perdimos todo eso y empezamos casi de cero para poner en pie de nuevo. Es algo muy difícil porque se aprovechan también los dirigentes de la pobreza que hay para ganar más plata en sus bolsillos, y no por el pueblo”.

No obstante, el siente importante remarcar que en su país no hay solamente pobreza, sino también muchas cosas buenas y lindas. “Como somos pocos parece que estamos en una situación donde hay mucha pobreza. Es lo que reflejan los medios. Pero hay cosas buenas allá, hay un montón de playas lindas, lugares que si alguien va no se va a querer ir nunca, y tenemos una forma de ser para nuetra cultura. Los momentos de los carnavales de Haití son emocionantes, diferentes y hermosos también. La música también, es un ritmo internacional, todo el mundo puede bailar el ritmo que tenemos, y la comida también es internacional. Son cosas muy importantes, y también somos un pueblo muy futbolero. Tenemos una pasión para el fútbol. Hay mucha hinchada de Argentina y Brasil, y cuando juegan es como acá Newell’s y Central.”

unnamedFinalmente, considera que si algún día Haití sale campeón del mundo “no va a ser un milagro, porque el fútbol es un juego”: “No va a ser imposible. Tenés que estar en condiciones, porque no cualquiera puede salir campeón del mundo. Es algo que hay que soñar, trabajar y hacer sacrificio. Argentina, con lo que representa en el fútbol y los muy buenos jugadores que tiene, hace años que no sale campeón”.

Ali describe su día a día como algo “progresivo”. Donde está siempre buscando, siempre preguntando a quienes saben de fútbol, y en constante aprendizaje. “Yo estoy acá para aprender, para mejorar mi conocimiento. Estoy cada vez mejor hablando con mis jugadores, con mi equipo de trabajo, e imaginando también, porque hay un montón de cosas que yo personalmente me imagino y después las hago y salen. Es una facultad que tengo y que tengo que aprovechar también para llegar más adelante. Yo de día en día estoy progresivamente mejorando mucho, tengo un compañero que esta siempre conmigo ayudandome con consejos, y así ando, nada más”.