Hace 3 años y medio atrás, Guillermo Lorente renovaba su presidencia sin siquiera ir a las urnas. Aquella vez no hubo oposición, con Martino en el banco las penas habían quedado atrás y nadie se animó a confrontar.
Esta vez el panorama es distinto. Del Tata no queda ni la estela y los malos resultados deportivos provocaron una crisis institucional que obligaron a adelantar todo. Y sin oficialismo, aparecieron seis ofertas. ¿Muchas? Tal vez si, pero los egos, las diferencias y un estatuto que se hizo flexible permitieron este ‘múltiple choice’ impensado.
Y al no haber un nombre que nueva el amperímetro ni un oficialismo para volcar el voto bronca, los indecisos abundan y el final es incierto.
La única certeza es que el domingo a las 20 un candidato será el presidente elegido y deberá actuar sin pausa. El fútbol será prioridad, pero las finanzas, la infraestructura y comenzar a dar la cara en la hoguera de AFA no son temas menores. Newell’s no tiene margen de error.