La capacidad de compra de las familias volvió a caer con fuerza en julio al registrar una baja del 11,3% con relación a igual mes del 2015, según datos de la consultora FyE.

Esa caída muestra un ritmo de deterioro ligeramente superior al observado en el segundo trimestre, cuando se ubicó en una baja del 10,6% y mucho mayor al del primer trimestre del año cuando fue del 4,6%.

La consultora señaló que también impactó «el debilitamiento de la demanda laboral, que se reflejó en una pérdida de empleo de 81,060 puestos de trabajo entre noviembre y mayo último, cifra equivalente a 162.120 puestos de trabajo».

El estudio agrega que «la postergación de las paritarias, moderó el ritmo de incremento salarial interanual hasta julio (30/35% salarios formales promedio en contexto de gran dispersión sectorial)».

El trabajo indicó que «la política monetaria contractiva adoptada por el Banco Central retrajo la demanda y oferta de crédito a las familias, al pasar del 36,7% al 24,2% interanual entre noviembre y julio último».

«En este contexto, «siguen sin aparecer señales de recuperación en el corto plazo», si bien podríamos estar en presencia de niveles «piso», afirmó FyE.

Señala que la caída en la capacidad de compra de las familias está explicando la retracción del consumo que se reflejó en los datos de CAME sobre ventas minoristas, que registraron una baja del 9,8% interanual en junio, la más pronunciada desde 2009.

La consultora recordó que en marzo, las ventas según CAME se contrajeron un 5,8% interanual, mientras que en diciembre último aumentaron 3,1%, lo cual sería indicativo de la profundización de la recesión en el segundo trimestre del año.