Decenas de familias lograron escapar hoy de Alepo a través de los corredores humanitarios abiertos hace dos días por las autoridades sirias, mientras continúan los bombardeos aéreos en la periferia occidental de la provincia homónima, donde al menos 30 personas murieron bajo fuego de origen desconocido.

En tanto, la ONG Save The Children, informó hoy que los bombardeos de ayer contra un hospital materno infantil en el que dos personas murieron, también provocaron heridas a bebés que estaban en incubadoras.

«No hay excusa y por desgracia este es sólo el último de una serie de ataques contra los centros de salud en Siria. Necesitamos un inmediato alto el fuego y el fin del bombardeo atroz de las instalaciones médicas», sostuvo la directora de Save the Children en Siria, Sonia Jush.

La ONG explicó en un comunicado que el bombardeo afectó la entrada del hospital materno-infantil ubicado en la provincia de Idlib, en el norte del país, y precisó que entre los heridos figuran varios bebés, cuyas incubadoras cayeron al suelo, y una mujer embarazada de seis meses, así como personal del centro médico.

Cuatro horas después del ataque, perpetrado cuando en el hospital se realizaban dos operaciones, los aviones de combate seguían sobrevolando la zona del hospital que, salvo la sala de emergencias, ha dejado de funcionar.

El hospital, el único de este tipo en el oeste de Idlib, atiende a unas 1.300 mujeres y 300 partos al mes. El 61% de los pacientes del centro son madres y el 39%, niños.

En la última semana, cuatro hospitales de campaña de la provincia de Alepo -tres de ellos en su capital homónima, y otros en la población de Al Atareb- han suspendido sus servicios por los bombardeos.

En tanto, en la zona occidental de la ciudad de Alepo, cuyo control recuperó el Ejército hace tres días y abrió corredores humanitarios, decenas de familias abandonaron la urbe, informó hoy la agencia oficial de noticias siria Sana.

Moscú, aliado de Damasco, anunció ayer el inicio de una «operación humanitaria» en Alepo, con la ayuda de soldados rusos para la apertura de cuatro corredores seguros que permitan a la población y a los combatientes de la oposición moderada que quieran entregar las armas abandonar la urbe.

Los civiles han llegado al barrio de Saladino, controlado por el gobierno, donde han sido recibidos por el Ejército y enviados a centros improvisados de desplazados, informó la agencia EFE.