Esta reflexión está basada en una carta enviada a una amiga hace un tiempo, en razón de la pregunta que se hacía sobre dónde está Dios mientras tantos males aquejan a la humanidad, al ser humano.
La pregunta hecha por esa persona, nos la hacemos muchos creyentes en diversas momentos de nuestras vidas y ante circunstancias adversas. Nos asalta entonces la llamada crisis de fe. Le reprochamos a Dios no haber intervenido para impedir un mal o un hecho doloroso.
Pero esa crisis de fe suele pasar cuando discernimos y reflexionamos no con el enojo o la confusión del momento, sino con la sabiduría del espíritu.
Y me dirán: ¿cómo es que siendo Dios no puede impedir, por ejemplo, la muerte de decenas de personas en un atentado terrorista, o la muerte de un niño aquejado de una grave enfermedad? Pues no, no puede porque el creó todas las leyes y cosas que regulan la vida, las estableció y no puede cambiarlas interviniendo a cada instante según las necesidades de los miles de millones de seres que pueblan el planeta. Si Dios interviniera a cada momento para evitar una desgracia o favorecer a determinada persona, la creación no durarīa 48 horas, porque lo que favorece a miles seguramente perjudicaría a muchos miles más. El balance y armonía se desplomarían en minutos.

¿Dónde están los seres humanos?

Sin embargo, a veces nos asaltan las preguntas: ¿Estamos en presencia de un Dios cruel, indiferente? ¿Existe?

Pues la pregunta dónde está Dios que no evita estos males, está mal formulada, no es justa. La verdadera pregunta es: ¿dónde están los seres humanos? ¿Por qué no actuamos de la manera correcta, por qué no nos comportamos de acuerdo a la ley universal que Dios mismo nos dio para que nos fuera bien? Casi todos los males de la humanidad ocurren por la acción del hombre. Y aquellos que no son responsabilidad humana son unos pocos que están vinculados al proceso «natural» de nacer y morir. Si los hombres nos comportáramos con más amor, con más responsabilidad, muchos males, muchos dolores desaparecerían.
¿Un accidente automovilístico es culpa de Dios? No. No existen los accidentes entendidos como consecuencias de hechos misteriosos atribuidas a designios divinos o malignos. Existen los accidentes como consecuencia de fallas mecánicas o fallas humanas. Y cuando hay una falla mecánica, es porque el hombre no armó bien las piezas o no las fabricó adecuadamente o no hizo el mantenimiento adecuado o fue negligente en la conducción.

Nosotros los seres humanos somos criaturas caprichosas e injustas. Violamos todas las leyes y cuando pagamos las consecuencias responsabilizamos a Dios, al padre, que no se hace presente y nos salva. Una chica muere de cáncer a los 10 años y maldecimos a Dios, pero no decimos ni hacemos nada respecto de la contaminación realizada por el hombre que está siendo causa del mayor genocidio del que se ha tenido noticias; un joven muere asesinado y enjuiciamos a Dios, pero nada se hace con la responsabilidad humana no sólo del delincuente, sino de aquellos que deberían enjuiciarlo; la guerra mata millones, y responsabilizamos a Dios ¿pero acaso Dios fabrica armas e incita a la guerra?

Una divinidad que llora por sus hijos sometidos

Sinceramente creo en que Dios llora por los hijos perdidos y si no interviene es porque, como dije anteriormente, no puede o, mejor dicho, puede pero sabe que no debe hacerlo porque si lo hiciera derrumbaría en un rato su propia obra al modificar a cada instante las leyes que El mismo estableció.
Dios llora por sus hijos muertos injustamente y creo que Dios les da eso que nosotros no quisimos darles a veces por mezquindad, otras por ansias de poder u ambición, por ignorancia o simplemente por estar atrapados en las cosas vanas del mundo. Dios, aunque suene pueril en un mundo materialista, les da a los inocentes e injustamente atormentados y muertos la verdadera vida, la eterna, el amor para siempre.