«Podemos traer incorporaciones, no tenemos cinco millones que es lo que vale un refuerzo». Con estas palabras Eduardo Bermúdez le puso un toque de realismo a las expectativas de los hinchas leprosos y dejó en claro que en este receso la búsqueda pasará por jugadores sin tanta chapa y entonces habrá que agudizar el ingenio, en lo futbolístico y en lo económico.
Un claro ejemplo del mercado que enfrenta Newell’s fue la incorporación de Sebastián Prediger. Osella tenía como prioridad como volante central a Federico Lértora, pero Belgrano le puso más dinero a la oferta y el ex Arsenal se fue a Córdoba. Y entonces al Parque llegó Prediger, que justamente no tenía lugar en el Pirata. No es que la Lepra se quede con las «sobras», pero tampoco puede aspirar a pelear mano a mano con los que tienen la billetera más llena y desde lo deportivo tampoco le sobra demasiado para seducir.
Ahora llega a Amoroso, uno que sí estaba entre las prioridades de Osella, y si bien el nombre no conmociona, en este caso hay que darle la derecha al DT. Si el entrenador confía en el ex Olimpo, será su responsabilidad si la apuesta falla o si es un acierto, sin quejas.
Obviamente no alcanza y aún faltan cuatro o cinco jugadores más. El nueve por ahora parece que debe tener experiencia y ser la única excepción a la regla, en este caso los nombres tienen chapa. Mauro Matos, Tacuara Cardozo, Hernán Barcos y Mariano Pavone están por encima de los 32 años, pero traen un currículum interesante. En cambio el zaguero, el ocho, el tres y algún otro que pueda venir irá por el camino de las incorporaciones. Y el riesgo estará presente. Lo sabe Bermúdez, también Osella, y está claro que asumen esa responsabilidad.