Fabricio es un artista, elegante, gentil y de gusto exquisito, y tal vez,  un tanto «creído». Gusta del piano, los libros, la buena música y el buen vino.

Algunos creen que hay alguien que lo maneja, que le indica qué hacer, el cómo y el cuándo. Pero en realidad, lo que muy pocos saben, es que Fabricio es quien maneja todos los hilos.