Por José Odisio

Se viene el torneo. El desorden en AFA sigue, pero la pelota necesita salir a rodar, por el bien de todos. Y en el Parque comenzará a verse si el trabajo de la dirigencia y Osella fue el correcto.
Pero más allá del resultado, que muchas veces no coincide con la justicia deportiva, hay situaciones que hacen pensar que no todo entra en el terreno de la lógica. Y preocupa.

Por el lado de Osella, es comprensible que apueste por incluir a Moiraghi por Paz. El ex Olimpo vino como refuerzo y Paz presenta dudas a cada paso. Lógica pura. Pero el DT no aplica ese mismo criterio con todo. Es que después de ensayar dos meses y siete partidos entre amistosos, prácticas y Copa Argentina, a último momento parece pensar en incluir a Prediger por Quignon. Podrá decir Osella que hay cuestiones futbolísticas que avalan su idea? Sin dudas. Aunque difícilmente pueda explicar con fundamento por qué probó tanto tiempo a Quignon y a tres días del debut cambió.

Bermúdez no se queda atrás en este camino de la incomprensión. Desde Colombia anuncian con bombos y platillos la llegada de Bryan Caicedo, un lateral derecho de 19 años y escasos partidos en Primera. Osella no sabe nada, la mayoría de los directivos tampoco, pero Julián Vázquez, mánager de América de Cali, confirmó que fue un ‘acuerdo cultural’ de intercambio que arregló con el presidente leproso.

Así, el tan mencionado proyecto de inferiores que tiene Martín Mackey abocado, una vez más parecen ser palabras al viento. Porque es entendible que Osella pida refuerzos y relegue a los pibes, pero que la dirigencia busque ‘reforzar’ las inferiores con un colombiano suena cuanto menos ridículo. No se entiende.