Por Santiago Fraga

Con una inmensa y variada gama de géneros de música de salón que va desde el swing, ska, rockabilly, dixie y latin hasta tango, la Rosario Smowing se ganó un nombre propio en estos 16 años de existencia y vuelven a poner toda la carne al asador, presentando lo que será “No te prometo nada”, el cuarto disco del grupo y uno de los más emblemáticos.

La cita será este sábado 27 de agosto a las 23 en el Galpón de la Música (Estévez Boero 980), y Conclusión dialogó con Diego Casanova, frontman, voz y trompeta del grupo, quien dio un panorama sobre lo que se viene y la vida de Rosario Smowing, una banda que “puede seguir toda la vida o puede terminar mañana”.

Para Casanova, “No te prometo nada” cuenta con “el olor a Smowing” que la banda buscaba, y por eso señala que para ellos este “es el álbum más representativo de lo que es la historia” del grupo; un material más homogéneo y que se funda en las raíces y la evolución de la Rosario.

Dieciseis años no son poca cosa, pero pese a no ser una fácil tarea la banda persiste y nunca deja de ganar popularidad. Integrados ahora por Casanova, Gabriel Coronel (contrabajo y bajo), Sebastian Teglia (guitarra y banjo), Alejandro Bluhn (piano y acordeón), Diego Picech (batería), Adrián Fontana Fluck (trombón), Sergio Peressutti (trompeta), y Jesús Eroles (saxo y clarinete), Rosario Smowing con el tiempo se transformó en una referencia a la hora de hablar de música en la ciudad, y manejándose en su camino supo forjar un público que va desde un pibe de 15 años con ganas de agitar hasta un señor de 60 y largos que quiere disfrutar de las canciones.

Las entradas anticipadas se pueden conseguir en El Born (Av. Pellegrini 1574), Presley (Shopping Del Siglo local 108), Music Shop (Sarmiento 780) y por Sistema Superentrada.

rosario smowing2

¿Qué es un poco lo que trae el nuevo disco “No te prometo nada”?

No Te Prometo Nada es el cuarto álbum de la banda y el cual según nosotros logramos el olor a Smowing que queríamos. Creemos que es el álbum más representativo de lo que es la historia de la banda, el más homogéneo en todo sentido, y el que las canciones tienen todas un olor propio.

¿Por qué sienten eso?

— Es simplemente nomás ver que toda la cantidad de canciones que están ahí. El disco en sí es más homogéneo de lo que son los otros, todas las canciones tienen más que ver una con la otra. Todos los discos fueron compuestos de una manera distinta y este lo cerramos todo al final, entonces todas las canciones tienen mucho más que ver. Son más reconocibles, como quien dice.

Entonces digamos que este no sería un “Volumen 4”, sino que iría más allá

— No, por ahí sí, porque yo creo que cada disco es diferente al anterior y cada uno representa el momento en el que casanovaestá pasando la banda. Lo que se puede decir es que, de todos, este disco es el que más representó ese momento. El que cuando lo escuchamos sentimos que estamos pasando por ahí, por ese lugar.

¿Cuánto sentís que ha cambiado en estos 16 años?

— Todo, la verdad que todo. Son cambios que se lo ven cuando uno mira una punta y la otra, pero no se los nota cuando uno los está transitando. Somos ocho personas que obviamente hemos cambiado muchísimo. De 30 y pico de años a 50 se cambia un montón. Y esos cambios personales también influyen en todo lo que es la banda. Cada músico que se ha ido, que ha entrado, y los años que han pasado sobre nosotros hacen que las mutaciones en el transcurso no se noten, pero sí cuando uno mira al final por suerte nota un gran cambio.

¿Es complicado sobrellevar una banda tanto tiempo?

— Tiene lo suyo. Se hace fácil en el punto en que estamos muy abocados a respetarnos y porque ya existe una confianza artística entre nosotros. Como que todo el mundo sabe que puede gustarte o no lo que hace el otro, pero no te va a defraudar, no es algo que te va a caer mal. Entonces, es un trabajo, no es fácil que estemos juntos todavía, pero estamos juntos por una cuestión de respeto y porque nos divertimos mucho. Pero sí, no es una tarea facil, je.

¿Cómo fue arrancar con este género, que ahora ya es tan particular en ustedes pero que ni siquiera era común acá cuando empezaron?

Sucedió. Cuando esto empezó mi idea fue no usar ninguna de mis canciones. Tenía muchas ganas de componer a partir de la juntada con las otras personas con las que me estaba juntando, y entonces arrancamos así de cero a tocar, mucho tiempo, hasta que de alguna manera fueron saliendo cosas. No fue nada preestablecido, digamos. Fueron cosas que se fueron dando y después fue tomando un rumbo que nos fue llevando a nosotros.

¿Cómo ves la movida hoy en día en el género que tocan ustedes y también con las big bands y orquestas? ¿Hay más lugar?

— La cuestión de los lugares es relativo. Creo que para todos hay un lugar y eso creo que más que con la formación de la banda tiene que ver con las cuestiones sociales. Con dónde hay lugares para tocar. Sí, por supuesto, las bandas numerosas tenemos el problema del traslado, los costos; es una movilidad que es más fácil sair a girar con un trío que con diez tipos arriba de una traffic, entonces eso por ahí te lleva otra tarea que hace más lerdo el paso, la salida, porque es una cuenta básica: necesitás más dinero para trasladarte, por lo tanto necesitás cortar más tickets para poder juntar más dinero para poder trasladarte, es toda una cadena.

Y en cuanto al público: ¿han notado un cambio en estos años? Por ahí una apertura a estos géneros quizás.

— Sí, seguro. Lo que hemos logrado puntualmente es una gran apertura de público. Nosotros manejamos un público rockero adolescente y manejamos un público de gente más grande que yo (50 años) que nos va a ver. Por eso a veces nos es difícil encontrar un lugar para tocar, porque la idea es tratar de que todos estén cómodos: de que el pibe no se aburra y el tipo grande pueda ver y bailar si tienen ganas y que la pasen bien los dos, y no es fácil hoy encontrar un lugar para un tipo de 50 o 60 años y uno de 15 o 18 años. No es sencillo, pero creo que nosotros por ahí hacemos esa parte que falta para que todos la pasen bien y lo puedan disfrutar.

casanova2El primer EP de ustedes se llamó “Rosario ya no es lo que era”. ¿Qué pensaban en aquel momento, y cómo lo verían hoy día?

— Yo creo que sigue siendo así. Bien podría salir hoy ese EP y seguir llamándose “Rosario ya no es lo que era”, porque en ese momento fue como una sensación y una risa a nosotros mismos. Usamos la frase nostálgica como “Wow, ya no es lo que era”, pero en realidad no nos interesa que sea como era antes, está muy bien como es ahora, sencillamente Rosario ya no es lo que era. Nada más, no es ni mejor ni peor, nada más que eso. Todas las fotos son viejas.

¿Hay Rosario Smowing para rato?

— Yo creo que sí. Rosario Smowing puede seguir toda la vida o puede terminar mañana. No hay nada que nos encadene más que las ganas de seguir tocando juntos. Creo que el día que no tengamos más ganas de seguir tocando juntos haremos un poquitito de puchero por todos los años de trabajo, pero ninguno de nosotros va a cambiar de oficio porque no exista Rosario Smowing. En este momento Rosario Smowing juntó a ocho tipos que quieren hacer música y coincidieron en esto. Después ha tenido miles de movimientos, ha entrado y salido gente, y el día que no coincidamos no lo haremos más, haremos otra cosa que nos haga felices, porque uno puntualmente hace música para ser feliz. No por otra cosa.

galpon de la musica rsw

 

Fotos: David Gustafsson