Por Hugo March

En relación directa al consumo de las llamadas drogas de abuso: ¿es relevante la incidencia de los antecedentes genéticos?

Tal vez ha llegado el momento de cuestionar el Modelo Genético inmutable que durante tanto tiempo nos vendió la industria farmacéutica en relación al consumo de drogas, ya que no somos objetos totalmente determinados y nuestro entorno opera de manera importantísima en las mutaciones individuales.

La Epigenética se ha ocupado de hacernos ver modelos diferentes, podemos ser artífices de nuestra propia evolución ya que según muchos estudios el famoso Mapa Genético parece ser muy modificable en base a los cambios conductuales, las condiciones ambientales, el apoyo e influencia del entorno social y fundamentalmente el amor de nuestros seres queridos. En consecuencia, es deseable que dejemos de insistir en el determinismo genético como causa del consumo.

¿Considera que hay factores sociales o ambientales que aumentan el riesgo en cuanto al consumo de drogas?

En lo que refiere a los famosos «Factores de Riesgo» (circunstancias que según los expertos pueden aumentar las posibilidades de adquirir enfermedades o hábitos perjudiciales, pero nunca científicamente demostrado de manera incontrastable y aplicable a todos los seres humanos por igual) también se ha insistido tanto que se ha terminado por transformarlos en una nueva forma de discriminación.

Cuantos más factores de riesgo se observan en una persona o en su entorno inmediato, más se lo condena a la vulnerabilidad, y ello no es así porque existen innumerables casos de cambio y notoria mejoría en personas prematuramente condenadas al fracaso. Se ha transformado de esta injusta manera a quienes se encuentran en “Situaciones de Riesgo”, en miembros de «Grupos de Riesgo» (como lo fue antes con el Sida), y desde ese momento la sociedad los segrega y se produce una nueva estigmatización conformándose una especie de aprtheid donde se encasilla a todos los que por ese motivo se considera peligrosos para el conjunto social que se desea preservar, aunque fuese a costa de eliminar a los demás.

Estos paradigmas pueden mejorarse notablemente, pero los primeros que tenemos que cambiar somos nosotros mismos, reconociendo que todas estas recetas son las que nos han llevado al fracaso que estamos atravesando, y que la verdad de la milanesa es que una persona que consume drogas necesita mucho más del amor que del encierro y las medicinas (drogas al fin). Debemos dejar de creer ciegamente en lo que nos han venido diciendo los especialistas y los falsos profetas, mientras llenan sus arcas de dinero con tratamientos que casi nunca logran resultados destacables, por algo no existen estadísticas en el seguimiento de los pacientes, y una vez que salieron de la institución que lo ha tratado, si te he visto no me acuerdo, en adelante nadie se ocupa y nada se sabe de su futuro, porque lo que buscan es ampliar su mercado y lo que más les conviene es que regrese, ya que si no hay pacientes no hay tratamientos y por ende no hay plata, ni de la Obra Social ni del Subsidio del Estado.

¿Qué función cumplen en este sentido las Organizaciones No Gubernamentales?

Un párrafo especial merecen algunas organizaciones dedicadas a la “Rehabilitación” de los adictos, así entre comillas, término que ellos mismos han impuesto a la sociedad, como si alguien los hubiese inhabilitado para la vida, aparte del craso error del nuevo Código Civil, pero ese es otro tema, que sólo atañe a la ley y muy poco a la realidad.

La pregunta es: ¿por qué son casi todas Organizaciones Civiles Sin Fines Lucro?, si la mayoría de sus miembros no sólo viven exclusivamente de ellas sino que lo hacen holgadamente, y muchos han recorrido medio mundo con el consabido tema de las Adicciones y los permanentes nuevos modelos de abordaje, como si en lugar de personas se tratara de barcos: Congresos, Simposios, All Inclusive, etc, todo con el auspicio de los Laboratorios que permanente ofrecen novedosos productos y recursos para este nuevo formato de Turismo Académico.

Es vergonzoso y falto de Ética por donde se lo mire, que un profesional de la salud asista a este tipo de eventos, con el viaje, la inscripción, y demás gastos, solventados por los laboratorios patrocinantes, organizadores de los encuentros “científicos” cuyo único objetivo es la promoción de sus productos, que los profesionales asistentes luego se encargan de propagandizar, y de los cuales salen habitualmente cargados de bolsos repletos de “Muestras Gratis” de todo tiempo.

La realidad como siempre es clara como el agua, porque las mencionadas organizaciones y sus miembros persiguen el lucro y en consecuencia tendrían que adoptar la forma de sociedades comerciales, ya sea como clínicas, sanatorios, etc., cumpliendo todas las reglamentaciones del Ministerio de Salud al respecto y adecuándose a las finalidades comerciales que en realidad poseen, pero vaya uno a decirlo y pondrán el grito en el cielo, por supuesto, en defensa de los vulnerables que la sociedad y los gobiernos han generado y que sólo ellos son capaces de rescatar y socorrer.
Pero existen pequeños detalles que nunca se mencionan: Por un lado, que siendo Asociaciones Civiles Sin Fines de Lucro, tienen las puertas abiertas para gestionar recursos del Estado (Nación, Provincia y Municipalidad), a quienes además todo el tiempo critican por su inacción, obviamente para presionar y gestionar más dinero, generando un permanente e inagotable círculo en el que todos participan y del que la mayoría se aprovecha: Unos para hacer negocio y otros para justificar su injustificable inacción. Por otro lado, el propio Estado los exime de la carga impositiva que grava la actividad de todas las sociedades comerciales.

Son los nuevos mercaderes que este implacable sistema de mercado ha introducido en el ámbito de la salud, en tanto la Epidemia del consumo de drogas se sigue incrementado exponencialmente.
O sea, no sólo quienes venden drogas hacen su agosto con esta enfermedad, de ambos lados del mostrador lo único real es el negocio, todo lo demás: jarabe de pico.

Hugo R. March
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