Las autoridades francesas lanzaron el jueves un ultimátum a los migrantes que permanecían en el asentamiento informal conocido como «La Jungla» de Calais para que acepten ser transferidos a centros de acogida lejos de las costas inglesas.

Decenas de migrantes, incluyendo menores de edad, seguían deambulando el jueves entre los escombros de este asentamiento, un día después de que Francia diera por terminada la evacuación de lo que hasta la semana pasada era el mayor campamento de migrantes del país y uno de los mayores de Europa.

Se ha puesto en marcha un dispositivo, con la ayuda de traductores, para convencer a estas últimas personas de ser transferidas, señaló la representante del Estado en la región, Fabienne Buccio.

«Es la última propuesta» que les haremos, luego podrán «ser controlados y se exponen a riesgos», como el de ser detenidos y posteriormente expulsados, advierten las autoridades. Entre 6.000 y 8.000 personas, principalmente sudaneses, eritreos y afganos, vivían en este inmenso campamento de tiendas de campaña y chabolas en el norte de Francia, apodado «La Jungla».

Las autoridades decidieron, por motivos «humanitarios», desmantelar este campamento insalubre. Alrededor de 4.500 migrantes fueron trasladados en autobuses desde el lunes a centros de acogida y orientación diseminados en todo el país y 1.500 menores no acompañados fueron realojados en centros provisionales junto al campamento, mientras se determina su situación.