La CGT dará un paso más en su acuerdo con organizaciones sociales histórico para el sindicalismo peronista- al resolver hoy su participación en una marcha conjunta al Congreso el 18 de noviembre. Será, en lo formal, para sustentar el reclamo de esas entidades por la aprobación de una ley de Emergencia Social, aunque de fondo será un guiño favorable al Gobierno: con esa manifestación los dirigentes esperan descomprimir y encauzar las expresiones de protesta y garantizarle a Mauricio Macri un fin de año sin una conflictividad espesa por resolver.

El armado común de una movilización fue el eje de la tercera reunión que mantuvo la cúpula de la CGT con los referentes del Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) en menos de dos meses. Y puede leerse como una réplica a la protesta que impulsan las dos CTA con sectores de izquierda para el 4 de noviembre, de un sesgo claramente opositor.