El pasado martes, desde el gobierno nacional anunciaron que, a partir de marzo de 2017, se implementará la quita del actual arancel para la importación de computadoras, notebooks y tablets, establecido en un 35%.

Gran polvareda ha levantado tal anuncio. Pese a que tanto desde la Secretaría de Comercio como desde el Ministerio de la Producción sostuvieron que con esta medida» se reducirán precios, mejorará la calidad de las computadoras y aumentará la productividad de miles de empresas en el país», el sector afectado sostiene que es una mala decisión que impactará tanto en el mercado laboral como en el mercado interno».

En ese sentido, la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel) consideró que es una mala decisión que afectará muy negativamente a las pequeñas y medianas industrias argentinas y alertó que se ponen en riesgo más de «cinco mil puestos de la cadena de valor del sector porque muchas líneas de producción van a desaparecer».

El titular de Cadieel, Jorge Luis Cavanna, consideró hoy que la baja de aranceles de importación para equipos informáticos suma otra «mala señal» para las pequeñas y medianas industrias argentinas y alertó que «se ponen en riesgo más de 12 mil empleos de la cadena de valor de equipos de tecnología informática, ya que muchas líneas de producción van a desaparecer». Además señaló que no es cierto que la medida asegure una notoria rebaja en el precio al público. «El impacto en los precios va a ser mínimo, porque hay «costos financieros, impositivos, de logística y comercialización que no se modificarán».

El ingeniero Jorge Luis Cavanna, titular de Cadieel, señaló que en la cadena de comercialización argentina el promedio de utilidad por cada computadora es de un «50 por ciento» y lo contrastó con Chile donde ese promedio «cae a la mitad». También señaló que «traer un contenedor desde China cuesta menos que despachar un camión a Salta» por lo que pidió que «oficialismo y oposición» comiencen a trabajar en esos temas con «visión de futuro» para dar previsibilidad y «alentar las inversiones que generarán empleo».

En tanto, los referentes gremiales de la ciudad de Rosario se mostraron muy preocupados por esta nueva medida adoptada por el gobierno de Mauricio Macri, y señalan que no encuentran ningún aspecto positivo en la misma.

Juan José Sisca, titular de la Asamblea de las Pequeñas y Medianos Empresarios (Apyme), consideró que esta es una medida más que se suma «al cóctel explosivo implementado por el gobierno».

«La importación indiscriminada  es letal para las pequeñas y medianas empresas. Ya  hemos visto lo que está pasando con la línea blanca, la madera, el calzado, etc., además de haber caído la venta en el mercado interno está sufriendo la agresión de una importación indiscriminada. A estos sectores se les suma ahora, el de las computadores y componentes informáticos», señaló el histórico dirigente. Y agregó: «Con esta quita impositiva se pone en peligro entre 10.000 y 15.000 puestos de trabajo del sector, que para las pymes es tremendo, porque nosotros dependemos del mercado interno y el mercado interno son los trabajadores. Si los trabajadores tienen trabajo y ganan bien, beneficia al mercado interno».

Sisca enfatizó: «Esta medida se suma a la devaluación en su momento, a las altas tasas de interés, a la importación discriminada y al aumento de las tarifas, que ya han provocado el cierre de 6.500 comercios en el país y la caída de una importante cantidad de pymes. Han habido alrededor de 200.000 despidos en blanco y eso hay que multiplicarlos por tres en el sector del trabajo informal… entonces es un cóctel explosivo».

Por su parte, Elías Soso, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), mostró una visión similar. «Nosotros creemos que lo importante es priorizar la mano de obra nacional, y si bien es cierto que es un arma de hierro también es cierto que genera empleo y bajar el arancel significa permitir la entrada indiscriminada a un precio con el que no se podrá competir».

«Diferente sería si el producto se puede ensamblar en el país y nosotros podemos ganar un espacio e ir ganando en una eficiencia y  conocimiento que sirviera de gimnasia para la creación futura de fábricas nacionales, máxime en un tema tan sensible al crecimiento de la humanidad de hoy, en la cual la ciencia y la tecnología han cobrado gran relevancia en los últimos años», se posicionó el dirigente. Señaló además que «esta medida también podría afectar la distribución de computadoras para los chicos, como se estaba haciendo antes, y eso sería gravísimo, porque eso no es un gasto sino una inversión en las futuras generaciones que tienen que habituarse a nuevos métodos y nuevas formas, y eso era una célula viviente de ese futuro que habría que cuidar. Hay que tomar decisiones que no lesionen el aparato productivo nacional y también eso es una escuela formadora de capacitación especial para producir bienes que el mundo hoy va a cada vez con mayor fluidez va a estar necesitando».

Soso hizo hincapié en que «lo que generará esta medida son dos cosas graves a tener en cuenta, por un lado generamos un nuevo nicho de problemas en una sociedad angustiada por la pérdida de empleo y simultáneamente le perturbamos la posibilidad de seguir instrumentando la capacitación para un producto que en algún momento del desarrollo argentino sería necesario que se produzca en el país».

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