Tanto especialistas como grupo de pacientes reclamaron hoy que la Ley de Fertilidad Asistida, que está vigente en la Argentina e incluyó los tratamientos de fertilización, diagnóstico, medicamentos y terapias de apoyo en el Programa Médico Obligatorio (PMO), debe «completarse con otra norma que incluya la creación de un Registro nacional de donantes» y contemple «el derecho a la identidad del nacido por donación».

“El derecho de las personas nacidas por técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) con gametas (óvulos o espermatozoides) de terceros al acceso a la información sobre los donantes está reconocido por el nuevo Código Civil», explicó Estela Chardon, cofundadora de la Asociación Concebir, que brinda apoyo a personas con trastornos en la reproducción.

Chardón precisó que la información referida a aspectos clínicos o biológicos «puede ser fundamental en términos de prevención, control de enfermedades y para evitar riesgos de cosanguineidad, es decir, que nacidos del mismo donante entablen una relación de pareja».

«Por eso falta aún sancionar una nueva Ley Especial de Regulación que debería establecer, entre otras cosas, la creación de un Registro nacional de donantes por parte del Estado, los límites permitidos y las condiciones para la donación», añadió.

Isabel Rolando, cofundadora y presidenta de Concebir, insistió y graficó que «si hoy cierra un centro de fertilidad se pierde toda la historia genética de los donantes, porque no existe ningún tipo de registro a nivel nacional».

«Es parte de la identidad de una persona conocer su origen genético. Por eso, queremos poner sobre la mesa la problemática a la que se enfrentan todos los nacidos por TRHA que incluyeron donación de gametas, y dar lugar a la normal curiosidad que sienten los hijos”, agregó.

Así, si bien en la Argentina el artículo 564 del nuevo Código Civil garantiza el acceso a la información tanto médica como identificatoria del donante -ésta última por vía judicial-, sin embargo no se implementó todavía el Registro nacional de donación de gametas.

Los fundadores de The Donor Sibling Registry (DSR, Registro de donantes y personas concebidas por medio de donantes), Wendy Kramer y su hijo Ryan, visitaron Buenos Aires y compartieron su experiencia con Télam.

Creada en 2000, la red busca ofrecer información, educar, conectar y apoyar a las familias.

Con apenas dos años, Ryan, quien vivía con su mamá en Colorado, Estados Unidos, le preguntó si su padre había muerto o qué había pasado con él. Ella no quiso eludir la responsabilidad e intentó explicarle que había sido concebido con el esperma de un donante.

«Para cuando tenía seis años, Ryan ya decía que quería conocer a su padre biológico. No sabía bien qué hacer, pero lo traje al mundo en circunstancias tan particulares que le debía toda la ayuda para encontrar respuestas a sus preguntas», explicó a Télam la mujer, quien señaló que allí comenzó con la iniciativa.

Si bien es la red más grande del mundo, DSR no es la única: existen redes de familias por donación en países como el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Israel, Alemania, Francia y también en Argentina (Red Argentina de Familias por Donación).

Ante la pregunta de qué incita a los jóvenes y adultos nacidos por TRHA a acercarse a esas redes, Kramer explicó que DSR surgió por “la genuina curiosidad de los nacidos por conocer sobre sus orígenes, el interés por encontrarse con otros nacidos y sus donantes y la necesidad de las familias de acompañarse y ayudarse en el proceso de apertura y revelación de los orígenes”.

La falta de regulación y legislación en Estados Unidos genera grandes diferencias sobre la información disponible o los controles sobre los donantes: “La mayoría de los bancos de donantes en Estados Unidos sólo realiza pruebas clínicas o genéticas para un número limitado de problemas de salud, por lo que pueden quedar enfermedades críticas sin detectar o ser reportadas de manera incompleta”, destacó.

En su presentación en Argentina, Kramer señaló que otro de los temas que preocupa a la DSR es la cantidad de personas nacidas del mismo donante, algo que no tiene regulación alguna, sobre todo cuando se exportan muestras de un país a otro, fundamentalmente desde Estados Unidos y Dinamarca.

Para Rolando, “tal vez las diferencias culturales entre los sajones y nosotros nos hagan ver la situación desde otra perspectiva, también por el hecho de no tener garantizado el acceso por vía legal; en Estados Unidos debieron tomar una iniciativa privada para reemplazar lo que acá esperamos que regule la ley especial”.

La presidenta de Concebir aclaró, por último, que “en la Argentina no se habla de padre biológico en el caso de donación de gametas, porque el nuevo Código Civil dejó bien claro que para ser padre hay que expresar la voluntad procreacional».