Por Santiago Fraga

Histórico. No hay otra forma de denominar el show que Guns N’ Roses llevó a cabo en la noche del martes en el Gigante de Arroyito. El público había esperado 23 años para volver a ver a Axl Rose, Slash y Duff McKagan juntos, y cumplieron más que con creces en su primera parada en Argentina, aquel país que había sido testigo del último concierto previo a su deformación en 1993.

En esta ocasión, antes de volver a pasar por Buenos Aires los Guns eligieron Rosario como primer destino en el marco del Not in this lifetime tour, y el estadio de Rosario Central lució ideal para la ocasión. Por dentro, un imponente escenario aguardó desde días antes a los protagonistas y a la inmensa cantidad de gente que desde temprano pasó largas cuadras de cola para ingresar a la cancha (algunos hasta habían acampado la noche anterior).

El ingreso lento provocó que un grupo reducido de personas pudiera presenciar la apertura de Massacre, mientras que la mayor cantidad de gente llegó para la interpretación de los rosarinos Cielo Razzo, que se despachó con temas como Perseguido, Estrella, Ventana, Carne II, Luna (que causó un interesante pogo) y Sin Salida, además de contar con artistas invitados como Flor Croci.

Con una gran puntualidad, muestra de su nueva etapa de madurez, a las 21.05 se apagaron las luces del estadio y, con la música de introducción de los Looney Tunes seguida de un instrumental dramático, Axl Rose, Slash, Duff McKagan, Dizzy Reed, Richard Fortus, Frank Ferrer y Melissa Reese se subieron al escenario de manera demoledora, con el tema “It’s So Easy”, del disco Appetite for Destruction (1987).

La seguidilla inicial prosiguió con otro tema del mismo álbum, “Mr. Brownstone”, y con “Chinese Democracy”, del disco homónimo de 2008 (Axl fue el único de los integrantes originales en grabar esa placa), acompañadas ambas con un cierre de luces y pirotecnia avasallantes.

La primera gran explosión de la noche llegó con las primeras notas de Slash y el anuncio de Rose: “¡You’re in the jungle, Rosario!”. Fue en ese momento que muchos de los presentes, sea quienes los veían por primera vez o quienes ya habían sido testigos de ellos, cayeron en la cuenta de que una de las bandas icónicas de la historia del rock and roll verdaderamente estaba tocando frente a ellos, y a metros de nuestro Río Paraná.

Precisamente en ese tema y solamente en alguno más fue que a Axl por momentos se le perdió un poco la voz, a gran diferencia con las crónicas de los países hermanos de Perú y Chile que relataban un notorio desfasaje entre el cantante y el resto de la banda en los shows en sus respectivos países. En Rosario no solamente los gritos de Rose se escucharon como si fuese aquel joven de veintitantos años, sino que se la pasó corriendo, revoleando el pie del micrófono y saltando por todo el escenario como en aquellas épocas, sumado a la gran energía del resto de sus compañeros que no paraban de dar vueltas por todos lados.

Pegado a “Welcome to the Jungle” sonó “Double Talkin’ Jive”, donde Axl Rose por momentos se iría del escenario para dejar que se luzca Slash en sus solos, algo que repitió muchas veces durante el show.

Tras sonar “Better”, con las primeras intervenciones de Duff cantando solo, y “Estranged”, donde Slash realiza un solo que verdaderamente eriza la piel, los Guns se despacharon con el primero de los covers de los que ya prácticamente se adueñaron: “Live and Let Die”, de Wings.

Un simple “Gracias” que esbozó Axl fue una de las pocas palabras en español que pronunció, aunque sólo eso bastó para enloquecer al público. El icónico “Rocket Queen”, “You Could Be Mine” y “You Can’t Put Your Arms Around a Memory / Raw Power” siguieron en la lista, siendo cortados por “New Rose” (originalmente de The Damned, incluído en “The Spaghetti Incident”), que le metió un toque punk a la noche en la voz de McKagan.

Para bajar la intensidad, los estadounidenses mostraron una soberbia interpretación de “This I Love”, seguida por un muy coreado “Civil War”, con la aparición de Slash con una guitarra doble, y el clásico “Used to love her”.

Seguidamente tuvo lugar uno de los puntos más altos de la velada en el Gigante. Luego de que Axl presentara uno por uno los miembros de la banda, Saul Hudson (en todo el mundo: Slash), el más ovacionado, se despachó con un solo que culminó en “Speak Softly Love”, el conocido tema de El Padrino, para finalmente pasar a la segunda gran explosión del público: “Sweet Child O’ Mine”.

El ambiente que se vivía en el estadio, pese a que el público por momentos se mostraba tan tranquilo como asombrado y satisfecho, era realmente de estar presenciando un espectáculo de primera línea en cualquier parte del mundo. Para no correrlos de esa fantasía, Fortus y Slash se calzaron el protagonismo al hombro y la rompieron con una versión de “Wish you were here”, de Pink Floyd, enganchado con la segunda parte del tema “Layla”, de Eric Clapton, con la participación de Axl Rose en el piano.

En ese mismo instrumento es que daría lugar a la interpretación de “November Rain”, el tema más compartido en las redes en la previa al show y uno de los históricos de la agrupación.

Knockin’ on heaven’s door”, de Bob Dylan, fue otro de los grandes momentos de la noche y el único en el que Rose hizo participar al público, haciéndolo cantar constantemente en cada estribillo. Seguidamente tocaron “Nightrain”, con una potencia impresionante y realmente arrolladora.

A las 23.07 se detuvo el reloj por primera vez con todos los artistas fuera del escenario, y tan sólo dos minutos tardaron en volver a salir a escena, con la canción “Patience” (en el show en Chile habían interpretado en este lugar “Don’t Cry”).

The Seeker”, de los Who, fue la antesala para el gran final del espectáculo que se dio con “Paradise City”, que se encargó de otorgar las últimas postales con un público exultante, el pogo en el campo, fuegos artificiales y una enorme lluvia de papeles sobre el escenario, y finalmente, quizás la imagen más valiosa, la unión de Axl, Slash y Duff al frente, finalizando con el guitarrista tocando con la guitarra a sus espaldas, Rose lanzando el micrófono al público y McKagan agradeciendo una y otra vez.

En una noche más que especial, Rosario fue testigo de un espectáculo cinco estrellas, por parte de una de las bandas de rock más reconocidas del mundo. La perfección con la que se ejecutó todo el show desde el primer momento da la esperanza y la pauta necesaria para que la ciudad vuelva a ser tenida en cuenta como una plaza para este tipo de recitales, que desde hace muchos años le venían siendo esquivos. Si acaso esta fue una prueba de fuego, hay que decir que estuvo más que superada.

En cuanto a los Guns, demostraron en 2 horas y 20 de show (24 temas) estar en plena forma y con su calidad artística al máximo, anticipando lo que serán sus shows del viernes y sábado en el estadio de River Plate, en Buenos Aires.

Lista de temas: It’s So Easy; Mr. Brownstone; Chinese Democracy; Welcome To The Jungle; Double Talkin’ Jive; Better; Estranged; Live And Let Die; Rocket Queen; You Could Be Mine; You Can’t Put Your Arms Around a Memory / Raw Power; New Rose; This I Love; Civil War; Used To Love Her; Speak Softly Love; Sweet Child O’ Mine; Wish you were here/Layla; November Rain; Knockin’ On Heaven’s Door; Nightrain; Patience; The Seeker; Paradise City.

Fotos: Santiago Fraga

Fotos oficiales: Katarina Benzova

Fotos gentileza: Francisco Orlandi

Foto: @deljamesgang

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