Por Mario Luzuriaga

Lanzado en diciembre de 1986 y presentado en el Estadio Obras Sanitarias, en una serie de fechas realizadas ese mismo mes, “La la la” significó el encuentro entre Spinetta, quien ya era una figura legendaria en ese entonces por su labor en Almendra, Pescado Rabioso, Invisible y Spinetta Jade; y Páez, una de las nuevas figuras del rock.

En una entrevista a la agencia Telam, Páez comentó que «fue, es y será un álbum incorrecto que salió de órbita y eso es lo convirtió en un sello distintivo». El disco cuenta con clásicos de ambos autores y también marca una época recordada porque entre la grabación del disco y la presentación oficial se produjo el asesinato de dos familiares de Fito, en medio de un robo en su casa en Rosario, en un resonado hecho policial que marcó a fuego al músico.

«Los primeros recuerdos que afloran son los encuentros en nuestras casas comiendo pizzas entre sus niños y los de (el fotógrafo Eduardo Martí) Dylan, nuestro gran amigo en común, que crecían a toda velocidad entre las interpretaciones Spinettianas de Foucault y Baudrillard, las largas películas de Herzog, de quien los dos éramos fans y las canciones que nos íbamos mostrando en esos encuentros que terminaron siendo las canciones de “La la la”. La sonrisa de Patri, la madre de sus hijos y las humoradas permanentes con “El Chofi” (Horacio Faruolo) y el doctor Tangalanga», rememoró el músico rosarino sobre aquellos encuentros con el Flaco.

A su vez recordó que Luis lo trataba como un par y estimulaba mucho sus decisiones. «Fue una experiencia de discípulo absoluta», remarcó.

«Luis me trataba como un par y estimulaba mucho mis decisiones. La verdad es que para mí fue una experiencia de discípulo absoluta. Aprecié y aprecio al día de hoy esta inmensa distinción que Luis me concedió pero, más allá de las subjetividades y puntos de vista, esta fue claramente una situación de maestro-discípulo. Sin olvidarnos que, en la cosmogonía spinetteana o en la de muchos alrededor del mundo, el maestro no cesa de aprender y el discípulo es un territorio fértil para que eso suceda. De todas maneras, lo más importante de entre los hombres no son sus obras sino sus vínculos. Y este fue y es uno de los más importantes en mi vida», comentó Páez.

-T: ¿Analizó en ese momento el impacto que podía tener ese disco en su carrera?

-P: Siempre hice lo que quise. Nunca hago planes. No está en mi naturaleza. Puedo intentar balbucear un futuro próximo en una entrevista para salir del paso pero sé que ese plan, inexorablemente, no se cumplirá. La vida es más grande que uno.

-T: ¿Quedó algún tipo de deuda pendiente por el hecho de no haber compuesto más canciones juntos?

-P: Definitivamente no. No importaba quién firmara. “La la la” fue esa fotografía de Eduardo Martí. Los dos rostros fusionados en uno. Los dos cantando al unísono varios tramos de las canciones, componiendo una sola voz. Luis comandando las mezclas de mis canciones y yo las de él. Fue una experiencia de hermandad profunda y absoluta. Mientras tanto, nos divertíamos creando un nuevo Frankenstein de muchos sexos e infinitas modulaciones, que hablaba en muchos idiomas y viajaba en su propia máquina del tiempo.

-T: ¿Por qué no hubo más shows juntos?

-P: Luis no quiso hacer más presentaciones porque no le interesaba el negocio que le proponían. Yo no estaba en este mundo en aquel momento así que nuestras cuestiones paganas las resolvió él. Con pasión y cuidando a la familia. Protegiendo nuestra obra.

-T: ¿Qué impacto tuvo en esta obra la tragedia familiar que le tocó vivir?

-P: El asesinato de la calle Balcarce fue posterior a la grabación del álbum. Fabi Cantilo logró sacarme de la cama y quitarme el whisky, después de varias semanas de encierro, y me llevó a la rastra hasta la sala de la calle La Mar, en el barrio de Caballito. ¡Gracias Fabi!

-T: ¿Cuál fue la principal enseñanza que extrae de esa época?

-P: No hay nada principal. Es todo principal. Luis fue una persona inolvidable. Mi vida hubiera sido otra sin él. En aquella época, en las anteriores y en todas las que vinieron.

-T: ¿Qué lugar ocupa en su discografía La La La?

-P: “La la la” son mis tres pulmones auxiliares. Cuando me cuesta respirar, los prendo y vuelvo a vivir.