Por Aldo Battisacco – Desde Buenos Aires (Enviado especial)

Al decir de Luis Bruschtein, el dirigente social de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete es un «morocho, pobre y peleador, exponente de un universo que a los ciudadanos de otros sectores sociales no les entra en el balero”, es parte de esta Argentina compartimentada entre los que están dentro y los que fueron expulsados por el mercado». En diálogo con Conclusión, el referente de la CCC analizó la realidad política y social de Argentina, fijó su posición respecto de quienes lo critican por haber firmado un acuerdo con el gobierno y adelantó cual será la nueva estrategia que desarrollarán desde su espacio social para lograr una mayor representación que a su entender  «no puede ser delegada a terceros».

Alderete atendió amablemente a Conclusión al concluir un acto y sobre cuál es su parecer del primer año de gobierno de la Alianza Cambiemos (UCR-PRO), respondió: «Nosotros hemos caracterizado que las políticas que lleva a cabo el presidente (Mauricio) Macri son para beneficiar a sectores concentrados de la economía que siempre se han favorecido con negocios que han hecho con los gobernantes. El gobierno no ha tomado ninguna medida para solucionar el problema que tiene el pueblo argentino, en particular los trabajadores, los desocupados y los jubilados».

«También existió una negación permanente de que existía esta realidad porque la emergencia social era evidente, pues hay que agregar que sigue habiendo despidos, suspensiones y que crece la cantidad de desocupados. La inflación deterioró los salarios y arrastró a la baja los ingresos de quienes perciben distintos programas sociales, pensiones y jubilaciones. El correlato de este drama emerge con el incremento de comedores y lugares donde se sirve la copa de leche a lo largo de todo el país», indicó el líder de la CCC.

—¿Qué hicieron para lograr que el gobierno los reconozca y les dé entidad para convertirse en interlocutores válidos de una negociación?

—Producto de la lucha y de que los compañeros no aflojaron en la calle, se logró hacer visible lo que sucede y gran parte de la población coincidió con esta visión, de que había muchos más pobres. Además, la articulación con otras organizaciones como la CGT y la CTA posibilitó que el gobierno reconociera que había una emergencia social. A partir de allí, se generaron discusiones muy tensas entre ambas partes. Queríamos llegar a un acuerdo porque realmente nos preocupa mucho que miles de familias en Argentina no tengan para comer. No tenemos especulación política ni electoral, nos interesaba que la ley de Emergencia Social se vote, porque existían 30 mil millones en el Presupuesto que serían destinados para asistir las urgencias de los excluidos del sistema.

La Corriente Clasista y Combativa programó corte de calles por reclamos sociales. Foto: Archivo.

—La firma del acuerdo con el gobierno generó mucha polémica, ¿qué tiene para decir sobre esta posición crítica de distintos espacios políticos y sociales? 

—Yo le puedo responder a todos los que nos criticaron que siempre que se debe llegar a un acuerdo se tiene que otorgar alguna concesión, hubo espacios políticos que no pueden explicar donde estuvieron durante todo este año, algunos de ellos estuvieron movilizándose frente a Comodoro Py, sin defender los derechos de los compañeros que menos tienen. En cambio, otras especularon electoralmente: me refiero al Frente de Izquierda de los Trabajadores, que a último momento se acordó que había que luchar por los más desposeídos. De allí la fundamentación que dieron en el Congreso y no votaron a favor de esta ley de emergencia. No imagino qué le dirán a sus propios compañeros que también están mal y necesitan. Esta ley no es la solución, es un parche y por este motivo no vamos a dejar las calles y si se va cumpliendo la ley saldremos al espacio público por otras reivindicaciones. El kirchnerismo tampoco está facultado para criticarnos, nos han querido hacer creer de que era un gobierno popular, sin embargo nos obligaron a estar en la calle. Estuvimos en la calle antes y también estaremos ahora.

—Trascendió que el proyecto que aprobó el Senado fue modificado en Diputados, y que se le suprimió tres puntos nodales como la creación de 1 millón de puestos de trabajo por medio del Programa Solidario de Ingreso Social con Trabajo, la eliminación del aumento del 15% mensual durante el tiempo que dure la emergencia social en la AUH y por embarazo y la declaración de la Emergencia Alimentaria. ¿Que respuesta darán ustedes?

—Tendrían que leer bien el acta compromiso que se firmó, no vamos a aceptar que se supriman los logros, hace dos meses atrás no se hablaba de aumento a los programas sociales, y mucho menos la asignación universal por hijo, ni el bono de fin de año, que no es suficiente, y por eso decimos que es un parche. Para tener un millón de puestos de trabajo hay que discutir la política que lleva a cabo el gobierno de Macri. En esto apuntamos directamente al empresariado nacional que son los que generan los puestos de trabajo genuino. Exigimos que a las pymes se las trate de otra manera, porque por ellas pasa el 70% de la masa salarial del país. Y son las que menos subsidios reciben. No será posible concretar mejoras mientras subsistan los tarifazos, la falta de créditos y otras medidas que las favorezcan. De allí que creemos que esta ley no es un avance, es un parche. Pero por primera vez consta en el Presupuesto que se asignan 25 mil millones para este tipo de asistencia y cinco mil más de refuerzo destinado a la emergencia social.

—¿Puede confirmar que estos puntos fueron eliminados del texto que elaboró el Senado?

—Sí, pero se han creado otros programas en los que los municipios y las provincias pueden hacer convenios con universidades y empresas para asistir a escuelas fábricas en las que los programas sociales tendrían cabida, para que los compañeros jóvenes se capaciten en distintos oficios.

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—¿Cuál sería la forma con la que ustedes presionarían al gobierno para torcer el rumbo económico?

—La movilización, sólo en la calle se lo puede obligar, ya quedó claro que tipo de políticas llevará adelante. Debemos tener en cuenta que el 11 de diciembre la gestión Macri firmará un acuerdo de  libre comercio, particularmente con China, país que ya invadió nuestro país con sus productos vía Uruguay. Cabe recordar que una delegación de empresarios viajó para hacer negocios con sus pares chinos, así las cosas, podemos imaginar qué suerte correrá la industria nacional. Nuestra urgencia es que los compañeros puedan sobrevivir en un contexto que día a día se muestra mucho más hostil. Esta es nuestra prioridad. Porque es muy fácil hablar y criticar con el estómago lleno.

—¿Están pensando en desarrollar y ampliar la actividad territorial del Partido del Trabajo y del Pueblo para construir una representación parlamentaria en todos los estamentos electivos del Estado?

—Sí, queremos extender el alcance de este instrumento partidario llevándolo a todas las provincias para comenzar a dar una batalla política que nos permita construir la representación que necesitamos. Muchos piensan que quien busca esta salida lo hace para obtener dinero. Este es un debate pendiente que deberemos dar quienes nos expresamos durante todo este tiempo a través de los movimientos sociales. Hay que construir ese protagonismo para dar la discusión en el lugar donde se decide el futuro de los argentinos. Nuestro desafío es instalar el Frente Popular en todos los distritos. En Santa Fe se logró ese objetivo con dos diputados provinciales y algunos concejales. Esto demuestra que no se debe delegar en terceros lo que nosotros debemos hacer. Invito a los que nos acompañan que no reparen en críticas, siempre estuvimos con quien necesita, jamás especulamos, para nosotros la prioridad está dada por los derechos de los compañeros postergados.