El gobierno alemán expresó su intención de prolongar por tiempo indeterminado los controles en sus fronteras y pidió que las personas rescatadas del Mar Mediterráneo sean enviadas a «otros países» fuera del bloque común europeo.

Los ministros del Interior de Alemania y Austria, Thomas de Mazière y Wolfgang Sobotka, dijeron hoy en rueda de prensa que su intención es prolongar los controles de sus fronteras porque «existe un riesgo para la seguridad de sus países».

Y para el alemán «la actual situación de amenaza terrorista unida a una insuficiente garantía de la seguridad de las fronteras de la Unión Europea (UE)» justifica la extensión de los controles.

Asimismo, De Maizière abogó hoy por no llevar al territorio europeo a los emigrantes rescatados en el Mediterráneo, sino «a terceros países», replicó la agencia de noticias EFE.

El titular de Interior consideró que «es mejor» que aquellas personas que sean rescatadas en el Mediterráneo en su camino hacia Europa sean derivadas a «otros lugares» y que, desde esos sitios, tras un proceso de selección, sean trasladados a Europa sólo los que «merezcan protección».

Finalmente, De Maizière destacó que ambos -Austria y Alemania- acuerdan en la necesidad para «este año» de un «sistema común de asilo» en la UE, lo que implica «estándares y procedimientos conjuntos» y algún «sistema de reparto».

El austríaco dijo que no es posible que «unos pocos asuman toda la carga» derivada de la crisis política de los refugiados y que no es «comprensible que algunos se quieran desentender por completo de este proceso».

Hoy se conoció que a lo largo de 2016, Alemania recibió a 12.091 solicitantes de asilo que volvieron de otros países del bloque europeo y 105.000 personas obtuvieron una visa especial alemana para la reagrupación familiar.

Según informó hoy el diario regional Neue Osnabrücker Zeitung en base a cifras del Ministerio del Interior, la mayoría que pidió asilo -un total de 3.700- regresó a Alemania procedente de Suecia, Holanda, Suiza, Dinamarca y Bélgica. En su mayoría son iraquíes.

Estos pases y deportaciones masivas se dan siguiendo el reglamento de Dublín, que establece que el país que debe hacerse cargo de la petición es aquel del bloque que el refugiado pisó por primera vez.

Por eso, Alemania devolvió a otros países comunitarios casi 4.000 personas, principalmente a Italia y Polonia.

En tanto, hoy se informó -según los diarios alemanes Welt y Heilbronner Stimme- que unas 105.000 personas obtuvieron el año pasado una visa especial alemana por reagrupación familiar, lo que supone un aumento del 50 % con respecto al año anterior.

La mayoría de estas personas, según datos del Ministerio de Exteriores, unas 73.000, son parejas o parientes de gente asilada por Alemania, principalmente de Siria e Irak.

En 2016, sólo unos 3.200 de los 65.000 menores de edad no acompañados que llegaron a tierras alemanas Alemania como refugiados lograron que algún pariente obtuviese el derecho de reagrupación familiar.

Estas cifras están muy por debajo de las que se barajaron a finales de 2015 cuando se previó que hasta más de un millón de personas pudiesen acogerse a este permiso legal.

De Maizière había informado la semana pasada que su país recibió en 2016 a 280.000 peticionarios de asilo, un 68 % menos que en 2015, cuando llegaron 890.000 personas buscando refugio.

Pero, la cifra de personas que piden asilo registradas formalmente en 2016 en la Oficina Federal para Migración y Refugiados (BAMF) se elevó a 745.545, la mayoría correspondiente a personas que habían entrado en el país en 2015 y que no pudieron presentar su solicitud por el colapso administrativo.