Por Andrea San Esteban

El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) da cuenta de guarismos escandalosos. La sociedad pensada colectivamente y con esquemas de vínculos de convenios colectivos de trabajo, está en proceso de obsolescencia. El poder mundial lleva adelante un proyecto para escasa cantidad de personas y con sociedades articuladas de forma individual.

El informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2017 (WESO) de la OIT”, explicita “estamos enfrentando un doble desafío: reparar los daños causados por la crisis económica-social mundial y crear empleos de calidad para las decenas de millones de personas que cada año se incorporan al mercado laboral,” señaló el director general de la OIT, GuyRyder.

Este desafío parece imposible de cumplir cuando los sistemas económicos, políticos y sociales ligados al grupo dominante a nivel mundial diseñan otras formas y conductas de vida.

“El crecimiento económico sigue defraudando y es inferior al esperado, tanto en su nivel como en su grado de inclusión. Esto dibuja un cuadro inquietante para la economía mundial y su capacidad de crear empleos suficientes, mucho menos empleos de calidad. La persistencia de un alto nivel de formas de empleo vulnerable, asociada a una evidente falta de progresos en la calidad de los empleos –aún en países donde las cifras agregadas están mejorando– es alarmante», agregó GuyRyder.

Si bien se prevé que el 42 por ciento de la población mundial tendrá empleo vulnerable (más de 1.400 millones de personas) esto es, empleo de baja calidad y sin seguridad social, se agrega que “en los países emergentes casi uno de cada dos trabajadores ocupa un empleo vulnerable, y en los países en desarrollo, más de cuatro de cada cinco trabajadores”, declaró Steven Tobin, economista de la OIT y principal responsable del informe.

Sin progreso

El ritmo del progreso está desacelerando y hay señales de desempleo estructural mundial. En América Latina y el Caribe el desempleo será sumamente grave y arrastrará a mucha más gente que la imaginada. En nuestro país seguirá un nivel promedio de ingresos de 8.000 pesos.

“El crecimiento económico sigue defraudando y es inferior al esperado, tanto en su nivel como en su grado de inclusión”, agrega Ryder.

La “Agenda de Trabajo Sostenible” que proyectaba la erradicación de la pobreza hacia el 2030 declaraba en su texto: “Se estima que más de 600 millones de nuevos empleos deberán ser creados de aquí a 2030, sólo para seguir el ritmo de crecimiento de la población mundial en edad de trabajar. Esto representa alrededor de 40 millones de empleos al año. También necesitamos mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres que trabajan, pero no ganan lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de 2 dólares al día”. Esta agenda y su objetivo marchan hacia el fracaso.

Bauman tenía razón

“El número de trabajadores que ganan menos de 3,10 dólares al día incluso debería aumentar, a más de 5 millones durante los próximos dos años en los países en desarrollo”, pero esta meta es inviable por los esquemas estructurales y existe una gran incertidumbre que alimenta el malestar social en el mundo.

La falta de trabajo o la calidad o estabilidad del mismo genera vivir sin certezas produce angustia, enferma, compromete la educación, la salud, la seguridad y el futuro. En los países en desarrollo la tasa de estrés va en aumento y los vínculos afectivos se ven afectados por esto.

“Sin compromisos a futuro es difícil pensar en proyectos”, diría Bauman en su libro “Amores líquidos”.