Por Carlos Duclos

Donald Trump ha visto que aquella parte del mundo que lo critica por su pensamiento proteccionista en materia económica, es la misma que aplica esas medidas para sus propios países. Y el magnate devenido presidente norteamericano ha adoptado a horas de su asunción una acción concreta en ese sentido: ha firmado un decreto por el que Estados Unidos se retira del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Colaboración Económica. “Primero nosotros”, ha dicho Trump. Una medida que se sentirá en muchos países.

Al mismo tiempo, y dando un claro mensaje de lo que se propone con Sudamérica, y obviamente con Argentina, suspendió la compra de cítricos, en este caso limones a nuestro país. Es una suspensión por 60 días, pero podría extenderse en el tiempo y la pérdida para Argentina supera los 20 millones de dólares, aunque hay quienes hablan de una pérdida de 50 millones sólo por esta decisión norteamericana.

La suspensión de la compra posiblemente no sólo se trate de una cuestión de principios económicos, sino de recordar que el presidente Macri, en un claro error político, apoyó explícitamente, de lleno, durante la campaña en el país del norte, a Hillary Clinton. En una entrevista al medio digital Buzz Feed el presidente argentino consideró que “las propuestas que ha hecho Donald Trump han sido justamente lo contrario“ al diálogo que impulsó su gobierno con el presidente Barack Obama, con quien firmó acuerdos para relanzar las relaciones bilaterales. Macri, durante la campaña presidencial estadounidense, recordó haber tenido una “intensa relación“ con el matrimonio Clinton a través de la Clinton Foundation“. Y para sazonar más el estofado que corre el riesgo de quemarse ahora, el primer mandatario argentino había dicho que hace falta comunicación y no levantar muros, en clara alusión al muro en la frontera con México con el que soñó Donald y que posiblemente fuera no más que un mensaje de campaña para el americano medio. Es probable que el muro jamás se construya.

¿Y cómo han reaccionado los países poderosos del mundo a esta política de Trump? Por de pronto el vicecanciller de la primera potencia económica de la Unión Europea, Alemania, ha dicho que “la industria alemana aprovechará cualquier oportunidad comercial en Sudamérica y Asia que genere el nuevo proteccionismo de Estados Unidos”. Y añadió: «Si Trump inicia una guerra comercial con Asia y América del Sur, abrirá oportunidades para nosotros».

Aun cuando hay algunos ilusionistas argentinos, consultores económicos, que hablan de la apertura económica europea para justificar medidas de importación que afectan a la producción nacional, la realidad es otra. El Global Trade Alert (GTA), una institución británica que estudia las relaciones comerciales internacionales, ha señalado que si hay un conglomerado de naciones proteccionistas en el mundo por antonomasia, eso es la Unión Europea de los últimos años.

De hecho las palabras del funcionario alemán son claras: vamos a ir a las regiones que abandone Estados Unidos. Y van a llegar los alemanes, y otras tantas naciones industrializadas, si los dejan. Y los dejan. En ese sentido, Abel Burgos, presidente de Mabe Argentina, que fabrica electrodomésticos Mabe, Patrick y GE dijo en el mes de agosto pasado que “lejos de mejorar, el consumo acentuó su caída en los últimos meses por la pérdida de competitividad de sus fábricas por la inflación y el mayor ingreso de productos importados”.

Es decir, mientras las naciones desarrolladas cierran sus puertas para el ingreso de mercadería extranjera y abren sus ventanas para las exportaciones a la caza de nuevos mercados, en nuestro país, a contramano de los demás, las puertas se abren para que entren productos fabricados afuera.

Por supuesto, no se trata de cerrar absolutamente las importaciones, sino de establecer un equilibrio que no dañe a la industria nacional.

Cabe recordar que en el mes de junio pasado la Confederación Argentina de Medianas Empresas dijo lo siguiente: “Según un relevamiento realizado por Came a más de 300 industrias pequeñas y medianas del país, el 79% asegura que la apertura de las importaciones representa una amenaza para su empresa, mientras que el 49,5% dice que en el último trimestre se han visto claramente perjudicados, perdiendo ventas en manos de los productos importados”.

Mientras Trump exhorta a comprar norteamericano y las grandes potencias se disputan mercados excesivamente aperturistas, en tanto protegen sus economías, aquí todo es al revés… y se paga.