El Vaticano defendió a través de un comunicado la decisión del papa de crear una comisión que investigue el controvertido cese del Gran Canciller de la Orden de Malta, Albrecht Freiherr von Boeselager.

Esa comisión de investigación fue recientemente desautorizada por esa antigua, seglar y aristocrática institución católica, que tachó de «inaceptable» la disposición del Sumo Pontífice de estudiar la destitución del Canciller.

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La oficina de prensa del Vaticano elogió la labor humanitaria de los miembros y voluntarios de la Soberana Orden Militar de Malta, pero «confirma la confianza de la Santa Sede en los cinco componentes del grupo constituido por el papa Francisco el 21 de diciembre, nombrados para informarle sobre la crisis de la actual dirección central de la Orden».

El Vaticano «rechaza, de acuerdo con la documentación en su posesión, cualquier tipo de intento de desacreditar estas figuras y su actividad».

La Santa Sede, continua el comunicado, «confía en la plena colaboración de todos en esta fase tan delicada y espera el informe de este grupo para adoptar, en lo que le corresponda, las decisiones más oportunas para el bien de la Soberana Orden Militar de Malta y de la Iglesia».

Este texto añade otro capítulo a la «guerra» que comenzó hace varias semanas entre la Santa Sede y los «rebeldes» Caballeros de Malta.

La Orden de Malta, cuyo origen se remonta al año 1048, época de las Cruzadas, y formada por laicos de familias nobles que actualmente se dedican a labores humanitarias, comunicó a principios diciembre «la situación extremadamente grave e insostenible respecto del papel de Albrecht von Boeselager como Gran Canciller de la Orden de Malta».

El 6 de diciembre el Gran Maestre convocó a von Boeselager a una reunión en presencia del Gran Comendador, Frey Ludwig Hoffmann von Rumerstein y el cardenal Raymond Leo Burke, como representante del Santo Padre ante la Orden de Malta, y le obligó a dimitir.

A Von Boeselager se le reprocha no haber impedido la distribución de preservativos en diferentes zonas del mundo donde se encuentran las estructuras médicas gestionadas por los voluntarios de la Orden del Mundo.

Las enseñanzas tradicionales de la Iglesia católica prohíben los métodos anticonceptivos artificiales.

Ante la poca transparencia en la decisión de hacer dimitir al Gran Canciller, denunciada también por algunos de sus miembros a la Santa Sede, Francisco decidió nombrar esta comisión formada por el arzobispo Silvano Tomasi, el exrector de la Universidad Pontifica de Roma Gianfranco Ghirlanda y Jacques de Liedekerke, Marc Odendall y Marwan Sehnaoui.

El portavoz del vaticano, Greg Burke, explicó en su momento que el nombramiento de este grupo se explica con «la voluntad de resolver el asunto de manera pacífica».

Aunque los Caballeros de Malta juran lealtad al papa, en un comunicado de hace unos días la dirección de la Orden de Malta se opuso rotundamente a ser investigada por una comisión externa.

La Orden consideró que «no debería colaborar (con la comisión), con el fin de proteger la soberanía de la Orden», según el comunicado publicado en su sitio web.

«La falta de cooperación con el grupo tiene motivos estrictamente legales; no es, y no puede de ningún modo ser considerado una falta de respeto al Grupo, o a la Secretaría de Estado del Vaticano», alegó la Orden.

Alimenta el conflicto la posición del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, conocido por ser miembro del ala más conservadora en la Iglesia católica, y que apoyó la destitución de Gran Canciller sin consultar con el papa.

Burke firmó junto con otros tres purpurados una carta dirigida al pontífice argentino, que después se filtró a la prensa, en la que se pedían aclaraciones a Francisco y se exigía su revisión del capítulo octavo de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, documento redactado tras el Sínodo de la familia, y en la que se conceden aperturas para poder recibir la Comunión a los divorciados vueltos a casar.

Quienes son los caballeros de la Orden de Malta

Los caballeros de Malta tienen su origen en las cruzadas del siglo XI, con la fundación de una enfermería en Jerusalén que atendía a personas de toda confesión que peregrinaban a Tierra Santa. Ahora tiene 13.500 miembros y 100.000 voluntarios y empleados, que proporcionan atención sanitaria en hospitales y clínicas de todo el mundo y prestan asistencia en zonas de guerra y desastres naturales.

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La Orden de Malta tiene muchos de los rasgos de un estado soberano. Emite sus propios sellos postales, pasaportes y placas para automóviles y mantiene relaciones diplomáticas con 106 estados, incluido el Vaticano. Sin embargo, la Santa Sede tiene una relación única con la orden porque el papa nombra a un cardenal para «fomentar los intereses espirituales» de la orden, así como su relación con el Vaticano, que es un estado soberano.

Francisco nombró a Burke para ese cargo en 2014 tras destituirle como juez supremo del Vaticano. Desde entonces, el cardenal se ha convertido en uno de los críticos más destacados del papa, en especial por su flexible interpretación de que los católicos que se han casado de nuevo en ceremonias civiles pueden recibir la comunión.