Por Mario Luzuriaga

El mundo del folclore está de luto porque el cantor ha callado. Pero todos sus colegas tienen un gran recuerdo. Es por esto que uno de los grandes referentes de la música popular, en este caso Peteco Carabajal, dialogó con Conclusión y recordó con mucho cariño a Horacio Guarany.

—¿Qué recuerdo tiene de Horacio Guarany?

—La primera vez que lo he visto ha sido cuando fui con mi padre y con toda mi familia a un campo en la provincia de Buenos Aires donde se hacía un programa de televisión que se llamaba «Lonja y guitarra» de Miguel Franco. Ahí se presentaban «Los Carabajal» y en un momento se hizo un amontonamiento de gente y vi como lo traían en andas a Horacio Guarany.

—¿Y cómo fue su reacción?

—Para mí fue impactante verlo llegar así, porque nunca vi que a un artista lo trajera el público, y más en andas.

—¿Cómo era verlo arriba del escenario?

—Luego de verlo en el festival en La Banda, me impresionó mucho el color de voz que tenía para hablarle al público. Él hablaba como si fuera un profeta ante una multitud de fieles, era atrapante. La forma de orar era perfecta en la comunicación con su pueblo y con la poesía que le brotaba. Porque más allá de cantar, cuando presentaba una canción tenía la fuerza de convicción con su poesía.

—¿Cómo fue su relación personal con Horacio?

—Yo por suerte tuve la oportunidad de conocerlo porque mi papá era amigo de él, he estado en su casa y hemos sido compañeros. Me ha dado consejos y me trató con cariño. Considero que es una pérdida muy grande, aunque ya en los últimos tiempos se ha retirado de a poco. Pero su figura va a ser difícil de igualar, era un verdadero cantor de pueblo.