Por Candi

—Hay una frase genial de Jorge Luis Borges que es menester tener en cuenta al hablar de perdón. Nuestro siempre recordado escritor y pensador dice: “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”.

—Es cierto, Candi, el olvido es la única venganza y el único perdón.

—No lo dude, mi querido Inocencio: el olvido. Por ejemplo: hay gente muy dispuesta a perdonar, pero de la boca para afuera, o, cuanto mucho, desde el consciente. Pero el perdón es algo mucho más serio, impone una revisión profunda de los sucesos que originaron la afrenta, la visión de ésta y la disposición total a perdonar. Y se perdona totalmente cuando ni en el consciente ni en el subcosciente quedan rastros de enojo, de resentimiento, de dolor ¿Me comprende? Cuando la persona se embebe de la certeza de que aquello que provocó el dolor y el enojo jamás existió y por tanto no pueden existir sus efectos. Es el olvido total, como dice Borges. Si no es así, siempre quedará algo dando vueltas, una célula de rencor que en algún momento despertará emociones negativas y conflictos.

—Tiene usted razón ¿Y por qué Borges dice que la única venganza es el olvido?

—En el caso de la venganza, es un mensaje vinculado con los seres perversos, malos, mediocres, envidiosos, celosos, irrecuperables. Esos seres que ya, lamentablemente, no tienen más cura. Esos tipos no merecen que usted se les ponga a la par, que usted reaccione de la misma manera que lo hacen ellos, porque es precisamente lo que ellos buscan y necesitan. Se sienten algo si usted les da crédito. Y ese sentimiento de reconocimiento no lo usan para el bien, sino para el mal. A esos tipos hay que ignorarlos, hay que olvidarlos.

—Como si no existieran.

—Es que en realidad no existen para el sabio, Inocencio. Lo peor que les puede suceder a tales seres es que los ignoren, que los olviden. Diría que el olvido de aquellos hombres que sólo son rastreros y malvados es la verdadera venganza del sabio. Eso es lo que quiere decir Borges en este caso.

—Lo tendré en mucha consideración.

—Y le dará asombrosos resultados. Recuerde: “el olvido es la única venganza y el único perdón”. Si de veras quiere perdonar, olvide lo sucedido, eso que lo molestó y reconcíliese genuinamente con quien le pide perdón; si quiere vengarse, porque la persona que lo hirió es perverso irrecuperable y jamás estará dispuesto a aceptar su culpa, olvídelo, ignórelo.