De los cinco principales candidatos a las presidenciales en Francia, tres se pisan los

talones en los sondeos a dos meses de la primera vuelta: la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon y el centrista Emmanuel Macron.

Marine Le Pen, galvanizada por la elección de Donald Trump en Estados Unidos, lidera las encuestas para la primera vuelta del 23 de abril, apenas afectada por una investigación en curso por supuestos empleos ficticios en el Parlamento Europeo.

François Fillon, inmerso en otro caso de empleos ficticios, y Emmanuel Macron, exministro del gobierno socialista, se disputan el segundo lugar.

El candidato conservador perdió su condición de favorito después de que se revelara que su esposa, que siempre se presentó como ama de casa, cobró más de 800.000 euros como asistente parlamentaria.

Tanto Le Pen como Fillon han dejado claro que no se retirarán de la carrera presidencial, incluso si son imputados por la justicia.

La izquierda, dividida entre el candidato del partido socialista gobernante Benoît Hamon y el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon no superaría la primera vuelta del 23 de abril.

Hundido en los sondeos, el presidente François Hollande renunció a optar a un segundo mandato.

La incertidumbre nunca ha sido tan fuerte sobre el desenlace de la campaña. «Es muy posible que no podamos ver claramente las cosas antes la noche de las elecciones», dijo a la AFP Philippe Braud, profesor en el Instituto de Ciencias Políticas de París.

El riesgo Le Pen

La popularidad de la candidata de extrema derecha precipitó una alianza entre Macron, estrella ascendente de la política, y el veterano líder centrista François Bayrou, que quedó sellada el jueves con un encuentro.

Bayrou propuso esta alianza a Macron el miércoles, argumentando que tomó esta decisión al constatar que «los franceses están desorientados y a menudo desesperados» y que existe un «riesgo inmenso», en referencia a Le Pen.

Para Francia y para Europa, «el peligro es demasiado grande, debemos cambiar las cosas y hacerlo ya. Unamos nuestras fuerzas para lograrlo», agregó el líder centrista y conocido europeísta, candidato en las tres últimas presidenciales.

Desde hace varios meses, Bayrou sugería que podría presentarse por cuarta vez a los comicios presidenciales, a riesgo de dividir aún más el reparto de votos.

Macron, que aceptó de inmediato la propuesta del presidente del partido MoDem (Movimiento Demócrata), señaló el jueves que esta alianza representa un «verdadero punto de inflexión en la campaña electoral».

Sin embargo, queda por saber si esta alianza reforzará la candidatura del exministro del gobierno socialista.

Según una encuesta, para el 72% de los electores este pacto «no cambia nada».

Emmanuel Macron, que nunca ha sido elegido para un cargo en comicios, logró en pocos meses ubicarse entre los favoritos presentándose como un renovador.

Sin embargo, su campaña tuvo en los últimos días varios tropiezos tras declaraciones polémicas sobre la colonización y la forma en que el gobierno abordó las críticas de quienes se oponían a la ley aprobada de matrimonio entre personas del mismo sexo.

Además, pese a que atrae a miles de personas a sus mítines, su base electoral es muy volátil, según las encuestas. Uno de cada dos de sus electores afirma que su voto no es aún definitivo.