Por Mario Luzuriaga

Conocido por sus personajes como Evaristo Hurtado y el gran Eber Ludueña, Luis Rubio regresa a su Rosario natal para brindar un nuevo espectáculo de stand up «a cara lavada», sin usar máscaras, en donde recorrerá junto a invitados, pasajes de la vida cotidiana.

El actor y guionista tuvo de deferencia de hablar con Conclusión sobre «Soliloquios», que se presentará durante todos los sábados de febrero en el teatro La Comedia.

—¿Qué se siente volver a actuar en la ciudad?

— Bien, a mí me gusta porque es un lugar donde me conocen y me han visto; más allá de que hace muchos años se fue de acá, siento que la gente sabe de mi laburo, me sigue en el algún programa de tele o radio, así que esta bueno. Tengo la posibilidad de que me vea gente que habitualmente no me puede ver durante el año, como los amigos o mi familia. En Rosario tenés la sensación de explicar menos cosas porque a uno ya lo conocen.

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_¿Con qué se va a encontrar el público en «Soliloquios»?

— En este espectáculo va a haber monólogo «a cara lavada», que quiere decir que me baño antes de venir (risas). No hago ningún personaje, trabajo como Luis Rubio en distintos temas de actualidad que aquejan al hombre moderno; desde el call center hasta el autocorrector del celular. Van a estar presentes monologuistas invitados de Buenos Aires. En primera función viene Leandro Igounet y el mago Rebo, Marcelo Ruíz Díaz, de «Peligro: Sin codificar». Después me van a acompañar Gerardo Freideles, Martín Rocco, Christoph, el belga, entre otros.

—¿Cómo ves este auge que hay en el stand up?

— Lo veo bien, positivo, a mí me gusta porque me emparenta con lo que hago. Yo trabajo de monologuista hace años y ahora se volvió en un producto que puede ser teatral o en un pub se puede hacer porque no requiere tanta estructura y pasa más por la capacidad de lo que escribas o actúes. Después en Buenos Aires hay un montón y la oferta es dispareja porque puede gustar o no, o hay tipos que en vez de pagar un psicólogo te cuenta todos sus problemas en el escenario (risas).

—¿En qué inspiras a la hora de escribir o improvisas cuando ves que un tema toma vuelo?

—No, la improvisación en este tipo de laburo es mínima. Uno tiene una rutina armada, por ahí sale algo fuera del programa y lo decís, pero obviamente está escrito sobre la base de cosas que no funcionan, que te molestan o las quejas que tenés con ciertas cosas. Nos permite ser criticones de eso en estos shows.

¿Qué significa Rosario para vos?

— Rosario son los amigos, el politécnico, mi familia, todo.