Por Fabrizio Turturici, enviado especial a Santa Fe

Newell’s y Colón no se sacaron diferencias en un amistoso que pudo ganarlo al principio y perderlo al final. Esta vez, igualó 1-1 en el Cementerio de los Elefantes, con la compañía de su público. Scocco había abierto la cuenta para los rosarinos, pero Conti puso en tablas el cotejo.

Desde el primer minuto y a simple vista puede advertirse un notable cambio de actitud en este Newell’s, que ya no especula, que no se cree inferior a nadie, que toma la iniciativa y sale a buscar el partido en cualquier cancha.

Tanto es así que Ignacio Scocco abrió la cuenta a los 9 minutos del comienzo, tras convertir de penal. Esto condicionó al Sabalero y le asentó de manera inmejorable al elenco leproso, que pudo acomodarse en el campo como más le gusta: frente a un equipo que tenía que salir a buscar el resultado.

Así, apostando al contragolpe y aprovechando la movilidad de sus volantes, Newell’s complicó a Colón durante gran parte del primer tiempo. El local apenas se atrevió a cruzar mitad de cancha, cediendo la pelota a Newell’s, o moviéndola de manera pasiva.

El equipo de Osella se adelantó en el campo, monopolizó la posesión y sorprendió de manera constante con diagonales y pases en profundidad, generalmente ejecutados por el Gato y captados por un Nacho encendido.

El complemento fue totalmente distinto. Es que más que cuidar el resultado, Newell’s privilegió cuidar a sus jugadores. Así es como Osella hizo entrar a todos sus suplentes, con excepción de Franco Escobar, para darles rodaje y para que no se lesionen los titulares, quienes están prácticamente definidos (salvo en los laterales) para el arranque del torneo.

Por inercia propia de quien cae como local, Colón empujó a Newell’s contra las cuerdas, con más voluntad que fútbol, y amenazaba con empatar ante un rival falto de reacción. La Lepra se quedó en el partido, quedando expuesta cuando el balón superaba las espaldas del doble cinco. Y en ataque iba con poca gente, sin posibilidades de lastimar.

El empate sabalero, merecido y anunciado, llegó a los 12 minutos de la segunda parte: Conti conectó un cabezazo de córner y la clavó en el arco de Unsain, que no opuso resistencia, para establecer el 1-1.

El golpe hizo reaccionar a Newell’s, que volvió a tomar las armas y se adelantó en busca del triunfo. Pero los argumentos cada vez eran menos, dado que la gran cantidad de modificaciones terminaron por desvirtuar un partido que parecía morirse en tablas.

El ideario de Osella, intensidad y orden, quedó plasmado sólo durante la primera parte, donde el equipo fue ampliamente superior al rival; sólido en defensa, movedizo en el mediocampo y punzante en ataque.

Newell’s tiene un plantel corto y será difícil mantener el ritmo hasta el final, pero sigue contando con grandes chances de pelear por el título, porque juega bien y porque no pelea mano a mano contra ningún candidato serio e inobjetable. La hora del reinicio no parece llegar más. Y los hinchas leprosos están más ansiosos que nunca…