Por José Odisio

Néstor Moiraghi fue la solución impensada para los problemas que la defensa de Newell’s traía desde aquel título en 2013. Llegó sin mucha vidriera y pocos le tenían fe. Incluso su contextura física hacía pensar que estaba fuera de línea. Pero el ex Olimpo se afirmó a partir de su presencia física en la marca, tanto de arriba como de abajo, y acomodó a una defensa que tambaleaba hace rato.

Pero la lesión en la rodilla que sufrió en Mar del Plata pasó a ser un dolor de cabeza y su ausencia en los tres partidos de pretemporada para los titulares abrió varios signos de pregunta. ¿Le pasa algo y no lo dicen? ¿La rodilla no está recuperada? ¿Llega al debut ante Defensa y Justicia? La realidad es que Moiraghi no está al ciento por ciento. Por eso Osella lo incluyó los tres partidos para los suplentes, donde las exigencias iban a ser menores y así podía recuperar forma y confianza. Pero el propio entrenador imaginaba que para el choque ante Sarmiento iba a estar mejor y todavía no lo ve en su mejor forma, lo que genera preocupación, aunque todos confían en tenerlo listo para el inicio.

Obviamente la defensa leprosa no es lo mismo sin Moiraghi. Si bien Paz cumple como segundo zaguero, Voboril muestra grietas y además falta la voz de mando, el que ordena a partir de sus gritos y también de sus acciones. Y sin Mateo, la presencia de Moiraghi puede ser importante a la hora de tener un líder en el sector defensivo.

Una a favor de la Lepra es que el inicio del torneo parece postergarse, y esos días ayudan a no apurar el regreso del defensor. Seguramente tendrá algunos minutos con Rafaela y en algún otro amistoso que el cuerpo técnico piensa para la próxima semana. Y ahí se verá si está recuperado. El equipo lo necesita, y mucho.