Luego del temporal de lluvia y viento que cayó ayer sobre parte del noroeste bonaerense y sur de Santa Fe, las aguas de la laguna La Picasa subieron sobre la calzada de la Ruta 7, lo que obligó a cortar la conexión vial entre las localidades santafesinas de Rufino y Aarón Castellanos.

Mientras Santa Fe estudia hacia donde canalizar a la desbordada laguna, las lluvias caídas en las últimas complican aún más el panorama.

Según informaron desde Vialidad, estará cerrada hasta el lunes, y para facilitar el desplazamiento de los vehículos procedentes de Buenos Aires en la localidad de Iriarte se debe tomar la ruta 14 hasta Chapuy y empalmar con la 8 hasta la zona de Venado Tuerto. Después se debe circular por la rotonda ubicada entre la 33 y la 14 para seguir hacia el oeste.

En tanto, quienes viajan desde Córdoba hacia Buenos Aires se recomienda que accedan por el desvío en la ruta 33 y 7.

La Picasa, una laguna en estado crítico por las lluvias

La laguna La Picasa, ubicada en el sudoeste de la provincia de Santa Fe, que recibe agua de una cuenca de alrededor de 500.000 hectáreas ubicada en parte de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, está hoy «colmada» y en riesgo potencial, señala un estudio de la Universidad del Litoral, publicado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

«La altura de la laguna alcanza una cota de 105 metros, por lo que presenta un elevado riesgo potencial frente a lluvias normales o superiores al promedio, durante el próximo otoño», señala el informe.

El trabajo explica la evolución de la franja de 100 kilómetros que se extiende a lo largo de la Ruta Nacional 7 a través de un trabajo de monitoreo satelital que detalla que «a partir de la década del 70 se produjo un cambio en el régimen de precipitaciones».

La medición realizada sobre la imagen satelital de 1972 arroja una superficie anegada de 2.819 hectáreas mientras que de 1975 al ’79 la laguna crece hasta alcanzar más de 5.500 hectáreas, coincidiendo esta evolución con un pulso de precipitaciones con promedios superiores a los 900 milímetros.

A partir de esta fecha, las lluvias sobre la región disminuyen, registrándose una reducción general de los cuerpos de agua de la zona señala el informe de CONAE.

La Picasa, por el contrario, a la que se han derivado excedentes a través de trabajos de canalización, no manifiesta una reducción de su superficie, advierte el estudio.

En la imagen de 1986 es posible medir un aumento de la superficie afectada, que llega a 9.000 hectáreas, situación que se agrava aun más en 1991, cuando supera las 10.000 hectáreas.

Durante gran parte de la última década, las precipitaciones en algunos lugares de la cuenca han superado los 1.000 milímetros anuales, y en particular durante los dos últimos períodos hidrológicos han superado los 1.200 milímetros.

Es así como la altura de la laguna La Picasa, que a inicios de 1997 no llegaba a una cota de 100 metros, comienza a ascender, superando ese nivel en enero del 98 para alcanzar en noviembre de ese año los 101,5 metros.

Esto genera la interrupción de las vías de comunicación: Ruta Nacional N°7 y el ferrocarril, donde se debe suspender el tránsito.

Durante los primeros meses de 1999, el ferrocarril eleva la altura del terraplén de apoyo de las vías a una cota de 101,5 metros mientras las fuertes lluvias registradas a partir de marzo de 1999, producen nuevos ingresos al sistema, elevando la altura de la laguna a 104,75 metros.

Lo acontecido en 1998 y 1999 con lluvias superiores a 1.200 milímetros durante dos años hidrológicos seguidos desvirtúan estas estimaciones y reafirman una constante dentro de la evolución de una fase climática húmeda.

Dado el periodo climático influido por el fenómeno de la Niña como el actual, las lluvias de marzo pueden ser superiores a los valores normales, advierte el informe.

Foto: @aleginart