El 28 de marzo se celebra el Día Nacional de la Audición, conmemorando la primera cirugía auditiva realizada por el profesor doctor Juan Manuel Tato, en el año 1933. Por tal motivo, cada año se realizan campañas de prevención de pérdidas auditivas.

El objetivo de la jornada es convocar a todos profesionales que tratan patologías auditivas, desde otorrinolaringólogos a audiólogos, para que ayuden a crear conciencia en la población sobre los parámetros de normalidad en la audición y colaboren en la difusión de los cuidados necesarios y de los trastornos de esta función. De esta manera, se espera lograr diagnósticos tempranos en los niños, que permitan mejorar la educación de los mismos.

Según la OMS -que eligió el día 3 de marzo para hacer el mismo llamado de atención a nivel internacional-, la pérdida de audición es la discapacidad sensorial de mayor prevalencia en el mundo. Más de 275 millones de personas son sordas o padecen defectos de audición.

Las causas principales de pérdida de audición son las infecciones crónicas del oído; las enfermedades prevenibles mediante la vacunación, como la rubéola, el sarampión, la parotiditis y la meningitis; el peso bajo al nacer, la ictericia del recién nacido y la falta de oxígeno de la criatura durante el parto; los ruidos excesivos; los medicamentos, como la gentamicina y la estreptomicina; y el envejecimiento.

Asimismo, esta entidad afirma que la pérdida de audición puede prevenirse en gran parte con medidas de salud pública, como la vacunación, el mejoramiento de la salud de la madre y el niño, y las prácticas seguras en materia de higiene del trabajo.

Qué debemos tener en cuenta para cuidar la audición:

  • Realizar control auditivo a los bebés recién nacidos (otoemisiones acústicas).
  • Realizar audiometría de control al ingreso escolar primario.
  • Evitar la exposición a ruidos de elevada intensidad. Usar protección auditiva si se trabaja en ambientes ruidosos.
  • No exponerse a música de altas intensidades, principalmente cuidar a los bebés en las fiestas (alejarlos de los parlantes y proteger los oídos).
  • Usar con moderación y a baja intensidad los reproductores de música.