Desde comienzos del 2000, investigadores de la Universidad de San Antonio, Texas se interesan en el proceso de envejecimiento de animales bastante curiosos, conocidos como “el zoológico de Matusalén”.

Entre ellos se encuentra un grupo de mamíferos y otro de invertebrados habitantes de aguas marinas. La ballena boreal (balaena mysticetus), que supera los dos siglos; el ratón topo desnudo (heterocephalus glaber), que vive 10 veces más que los ratones caseros, y los pequeños murciélagos morenos (myotis brandti), que sobreviven al menos 41 años, están en el conjunto de los mamíferos. Por los estudios que se han realizado se presume que su larga vida se debe al menos, en parte, a mayor resistencia al estrés oxidativo dependiente de los radicales libres.

En cuanto a los invertebrados que viven en el mar, se ha encontrado que algunos llegan a los 400 años, como la almeja de Islandia (arctica islandica), e incluso más de 500 años, como la ostra neopycnodonte zibrowii, se piensa que esta longevidad se debe en parte a que son de sangre fría y por consiguiente los procesos de la vida, desde el metabolismo hasta la reproducción del ADN, la transcripción y la traducción para formar proteínas, etcétera, son más lentos.

Medusa inmortal

El caso que más llama la atención en cuando a los animales marinos es el de la medusa ‘turritopsis dohrnii’ o medusa inmortal, que habita en el mar Mediterráneo y algunas aguas de Japón. Es el único caso conocido de un animal capaz de revertir completamente su ciclo vital. “Pasa del ciclo de vida de etapa madura sexual a etapa inmadura o asexual.

Es como si los humanos nos devolviéramos a la niñez, como la película ‘El curioso caso de Benjamin Button’ ”, explica Payán. Tiene forma de campana, su estómago es rojo y los adultos tienen 80 o 90 tentáculos, mientras que los pequeños tienen ocho.

Ballena de Groenlandia o boreal

Como señaló el año pasado el periódico ‘ABC’, esta ballena vive más del doble de tiempo de otras especies de ballenas, pues llega a más de 200 años, cuando “sus primas” son octogenarias. Un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), secuenció su genoma completo y halló que las principales diferencias de este genoma con otros mamíferos es que tiene alteraciones en los genes relacionadas con la división celular, la reparación del ADN, el cáncer y el envejecimiento.

“Mi punto de vista es que en su evolución las especies han desarrollado diferentes ‘trucos’ para tener una vida útil más larga, y el descubrimiento de esos ‘trucos’ utilizados por la boreal nos puede permitir aplicarlos a los seres humanos con el fin de luchar contra las enfermedades relacionadas con la edad”, aseguró a ‘ABC’ João Pedro de Magalhães, autor principal de la investigación.

Ratón topo desnudo

Parece un ratón con cabeza de topo que acaba de nacer porque es rosado y sin pelo. Es tan feo que el naturalista Eduard Rüpell, quien lo vio por primera vez en el siglo XIX, pensó que se trataba de un espécimen enfermo o con mutaciones. A partir de los años 50 se comenzó a estudiar y a reconocer sus hábitos, de esa manera se ha podido saber que puede llegar a vivir 30 años (los ratones no viven más de 4) y lo hace en colonias como las hormigas y las abejas, e incluso con el mismo modelo de reina, hembras reproductoras, soldados y trabajadores. Sin embargo, la reina no nace con el estatus sino que pelea para conseguirlo.

Murciélagos

Entre los mamíferos pequeños, este es uno de los que más vive y más aún los del género ‘myotis’. Según el documento de Austad, entre ellos existen 87 especies repartidas por todo el planeta a excepción de los polos y las regiones subpolares. “De las 22 especies de ‘myotis’ que han sido objeto de campañas de anillamiento durante un tiempo prolongado, 10 especies viven al menos hasta los 20 años, dos alcanzan los 30 años y uno, el murciélago de Brandt o ‘Myotis brandtii’, sobrevive al menos hasta los 41 años”.