Por Enrique Genovar

El entrenador de Rosario Central, Paolo Montero, está lejos de ser un buen declarante. Claro que el club no lo contrató para que sea un especialista en retórica ni mucho menos. Pero por ahora sus dichos no hacen más que dejar abierta la puerta a las especulaciones y a los enojos.

Montero necesita que alguien lo aconseje. El técnico uruguayo parece aún no entender lo mucho que importan sus dichos por el cargo que ocupa. ¿O alguien puede dudar lo que significa ser el entrenador de Central?

Con el tema Teo Gutiérrez al DT le faltó oficio. Utilizó un fundamento poco convincente para explicar su salida del once en la previa del juego con Quilmes y ahora directamente se quedó sin motivos cuando fue consultado por qué el colombiano no iba a jugar ante Tigre.

Claro que es valorable que tome el riesgo de hacer una elección semejante; ya que es él quien necesita seducir a los hinchas con resultados y con una idea de juego definida. Pero más allá de eso, las palabras que ha utilizado hasta aquí no parecen ser las adecuadas y las mismas sólo generan rechazo por para de la parcialidad canalla.

Montero ya tomó partido y eligió ubicar a Teo fuera de los titulares. Ahora el entrenador deberá buscar la manera de cortar la novela con declaraciones precisas que expliquen verdaderamente el fundamento de su decisión. Y si no lo hace, como hasta ahora, deberá recibir un consejo. Alguien le tendrá que explicar que sus palabras, como técnico de Central, son de las más importantes de Rosario y por ende deben tener un mensaje convincente y no como hasta ahora.