Por Aldo Battisacco

La crisis económica amontona sectores productivos en la lista de rubros afectados por a las importaciones y la caída del consumo.

Esta vez, se suman productos para satisfacer necesidades básicas, como los lácteos. A la cooperativa Sancor, que amenaza cerrar sus puertas, le sigue una de las empresas más importantes, La Serenísima.

Un pormenorizado informe de Letra P, reveló que desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) sostuvieron que las ventas de productos de La Serenísima cayeron un 8%.

En una parte del estudio analizaron que se debe a la caída del poder adquisitivo. Con perspectivas lejanas de mejora frente a la suba de costos para producir por los tarifazos y la inflación, será imposible abaratar productos. Y con salarios negociados a la baja la capacidad de compra se verá notablemente mermada.

La empresa ya había anticipado que a mitad de año cerrará una planta en Rufino. El argumento básico es por “el estancamiento en la producción nacional».

Desde Mastellone Hermanos comunicaron -a mediados de febrero- a los empleados, a través de uno de sus directivos, Facundo Cárdenas, que el cierre se llevará a cabo el 31 de julio, como consecuencia del «estancamiento en la producción nacional, que llevó a que el año pasado el país produjera 9.500 millones de litros de leche, cifra menor a los producido en 1998», sostuvieron desde la empresa láctea.

La planta de Santa Fe, que cuenta con 22 empleados, dejará de operar el próximo mes de julio, debido al «estancamiento en la actividad» y a la «caída en el recibo de materia prima», aunque también se sumarían el descenso de las ventas a Brasil.

En el mundo lácteo, La Serenísima es el corrillo de casi todas las reuniones del sector. La situación no es nueva, los números preocupan desde 2014, momento en el que el quebranto fue de $518 millones; en 2015 superó los $300 millones ; y en 2016 también fue negativo el ejercicio. El 2013 de 440 millones de litros, pasó a producir 383 millones en 2016.

Según los empresarios, la situación paso a ser crítica, y las amenaza de cierres parecen tener su asidero en la realidad, con costos más altos, inconvenientes para pagar salarios y una retracción de la producción por caída de la compra hogareña.

A la par, según reportó el Ministerio de la Producción de Santa Fe, la cuenca lechera santafesina (la más grande del país) está padeciendo el ingreso de quesos y derivados importados, con alzas de más de 100% en volúmenes.

Tra la muerte del titular de La Serenisima, Pascual Mastellone, la firma pasó el 25% del capital accionario, a manos de Arcor y sus socios de Danone. Con la opción de compra de la compañía,. Sin embargo, a pesar del poderío de la multinacional cordobesa, la crisis no fue resuelta.