El Gobierno nacional decidió apurar -de forma desprolija- la salida del Procurador del Tesoro de la Nación (PTN), Carlos Balbín, de ese estratégico cargo a la cabeza de los abogados que representan al Estado en cuestiones sensibles.

Balbín, más allá de su trayectoria académica, tenía una característica política que lo hacía una rara avis dentro del Gabinete: gozaba del completo apoyo de la líder fundadora de Cambiemos, Elisa Carrió, y también de su archirrival y brazo influyente en tribunales, Daniel «Tano» Angelici.

Sobre esa cornisa, el funcionario -de perfil técnico- hizo equilibrio desde el 20 de diciembre de 2015, cuando recaló al frente del equipo de abogados del Estado tras ser reconocido como especialista en Derecho Constitucional y Administrativo.

A fines de 2016 ocurrió el primer embate interno que cuestionó su continuidad en base a un supuesto cortocircuito por la fallida sentencia de la Corte Suprema por el tarifazo de gas. Carrió lo respaldó públicamente al igual que el radical Mario Negri. En rigor, Balbín fue el único que transmitió hacia Presidencia que el máximo Tribunal iba a fallar en contra de la posición del Gobierno. Tenía interlocutores en varias vocalías. En ese momento, Mauricio Macri privilegió otras voces entre los operadores judiciales y se llevó una amarga sorpresa.

Decreto mediante, consiguió que, como salida al laberinto político, los litigios estratégicos que pudieran involucrar conflictos de intereses entre funcionarios y empresas quedaran centralizados en la PTN.

Entre los ideólogos de la salida de Balbín se encuentra tanto el jefe de asesores del presidente Mauricio Macri, y apoderado del PRO, José Torello como uno de los miembros fundadores de Cambiemos, Ernesto Sanz.

Reemplazo

El Poder Ejecutivo hizo circular anoche el reemplazo para la inexorable salida de Carlos Balbín de la Procuración del Tesoro. De perfil empresarial, Bernardo Saravia Frías, antes de recalar en Hacienda fue presidente del Deutsche Bank para América Latina y jefe de Derivados de JP Morgan.

Su cercanía a Ernesto Sanz se remonta a cuando fue asesor de Fernando de la Rúa en el Senado entre 1995 y 1997. De larga trayectoria en el sector corporativo, representando a mineras, su estudio asesoró a los principales bancos nacionales e internacionales, y también el Grupo Macri, de la familia presidencial.