Por Alex Vásquez / Noticias Argentinas

En uno de los puntos más álgidos de la crisis venezolana, con protestas opositoras que dejan una treintena de muertos y fuerte presión internacional, la solución pacífica sería una ruta electoral -según analistas-, pero esa vía no está nada clara.

Luego de un intento fallido para revocar al presidente Nicolás Maduro en referendo, la oposición apuesta por elecciones generales en manifestaciones que en un mes han dejado 28 muertos, cientos de heridos y de detenidos.

Maduro descarta esa posibilidad y solo menciona los comicios de gobernadores, que debieron realizarse en diciembre pasado, y de alcaldes, previstos para este año.

La OEA, cuyo secretario general Luis Almagro también insiste en la necesidad de «elecciones generales», convocó a una reunión de cancilleres para debatir la crisis, ante lo que Venezuela decidió retirarse del foro.

Oficialmente no hay un cronograma de elecciones, aunque fuentes del Consejo Nacional Electoral (CNE) dijeron a la AFP que en breve se discutirá una propuesta que contempla regionales y municipales para fines de noviembre.

Este es el escenario más realista, coinciden expertos, que descartan elecciones generales -producto de un pacto político-, o un complejo proceso constituyente.

Escenario probable  

La grave crisis económica minó la popularidad de Maduro, cuya gestión es rechazada por siete de cada 10 venezolanos, según encuestas.

«Cualquier elección en el corto plazo será una derrota para el chavismo», advirtió el director de la encuestadora Venebarómetro, Edgard Gutiérrez.

Aunque, el analista Luis Vicente León cree que el gobierno haría «elecciones a su medida».

Existe un complejo proceso de reinscripción que podría dejar a varios partidos fuera, en tanto que Henrique Capriles, quien perdió frente a Maduro en 2013 por poco margen, fue inhabilitado políticamente y Leopoldo López está preso.

Las regionales, por su parte, son un tema sensible que divide a la oposición.

«Elecciones generales», exigen las protestas que iniciaron hace un mes luego que el máximo tribunal se atribuyera las funciones del Parlamento, único poder controlado por la oposición.

Para algunos opositores sería un fracaso tener que esperar a las presidenciales de 2018. Para otros, hay que lograr al menos los comicios de gobernadores.

«Los opositores tienen la costumbre de convertir una victoria en una derrota, pero deberían enfocarse en obtener una victoria abrumadora en unas regionales», estimó el sociólogo Carlos Raúl Hernández.

La oposición controla tres de 23 gobernaciones, y la alcaldía mayor de Caracas. Sus dirigentes consideran fundamental ampliar ese número.

«Tenemos que recuperar el voto y aunque estas elecciones no resuelven el problema de fondo, hay que participar y combinarlo con la resistencia en la calle para cambiar el poder», dijo a la AFP el diputado Miguel Pizarro.

El CNE prometió las elecciones regionales para el primer semestre de este año, aunque aún no tienen fecha.

Pero según el analista Diego Moya-Ocampo, el retiro de Venezuela de la OEA podría alejar las elecciones.

«Maduro no tiene voluntad real de rectificar desde el punto de vista democrático lo cual implica llamar a elecciones (…) Busca aislarse para mantener el poder», agregó.

Voto o caos

Las elecciones generales no están en la Constitución, aunque sería posible convocarlas a través de un pacto político de «gran calado», que luce imposible, señaló el abogado constitucionalista José Vicente Haro.

«Se puede convocar solo si renuncian todos los diputados principales y suplentes de la Asamblea y el presidente y vicepresidente. Se produciría la vacante absoluta y el CNE tendría que llamar a elecciones», explicó.

Pero Maduro descarta renunciar, solo propone retomar el diálogo abandonado por la oposición en diciembre pasado, tras denunciar que el gobierno no cumplió los acuerdos, que incluían un cronograma electoral.

«El único diálogo que quiere el país es el voto», dijo el presidente del Parlamento, Julio Borges.

Una constituyente, complejo y largo proceso para refundar el Estado, sería una tercera propuesta que han acariciado gobierno y oposición. Aunque nadie lanzó aún la primera piedra.

Lo que no puede ser una opción, coinciden los expertos, es postergar aún más los escenarios electorales.

«Aquí hay un sótano infinito. Sin elecciones, el destino de este país es la violencia y el caos», zanjó Hernández.