Una silla de ruedas eléctrica desarrollada en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), que obedece señales cerebrales, incorporó una función que le permite «escuchar» comandos de voz y «observar» su entorno para proteger al usuario, regular la velocidad y sortear obstáculos.

«Dos estudiantes de ingeniería electrónica le agregaron a la silla de ruedas que estábamos desarrollando en el Gabinete de Tecnología Médica (Gateme), una interfaz de voz por la cual, personas que podrían llegar a ser usuarios de éste tipo de sillas, puedan manejarlas a través de comandos de voz», explicó el secretario técnico de la Facultad de Ingeniería sanjuanina, Erick Laciar Leber.

«La idea es que los usuarios puedan decirle a la silla ‘ir hacia adelante’, ‘doblar a la izquierda o a la derecha’ o ‘regresar’, y que con esos comandos la silla lo haga automáticamente», detalló.

Los responsables de esta nueva aplicación son los jóvenes Martín Raschi y Lucas Zalazar, quienes hicieron este desarrollo como trabajo final para recibirse de ingenieros electrónicos.

«La nueva aplicación consiste en un sistema de control por voz de la silla y un dispositivo que otorga mayor seguridad al usuario. Esto último se logra a través de un láser de 360° instalado en el frente del vehículo, que va midiendo el entorno a medida que avanza, para detectar si existe algún obstáculo», explicó Raschi en la «Revista la U», de la UNSJ.

La silla cuenta con luces de dirección, balizas, bocina y un micrófono de diadema inalámbrico para receptar los comandos de voz.

El desarrollo, que se encuentra en estado de prototipo, se llama «Silla de ruedas comandada por voz» y tiene como objetivo que brindar a personas con discapacidades motoras severas la posibilidad de desplazarse con comodidad, en forma independiente, tanto dentro de su hogar, como en la vía pública, sólo moviendo unos cuantos músculos del rostro.

El proyecto comenzó en la universidad sanjuanina en 2006, cuando Laciar Leber, Pablo Diez, Vicente Mut y Enrique Ávila -gracias a un convenio de la UNSJ con la Universidad Federal de Espíritu Santo, de Brasil- llevaron sus dispositivos al país vecino para ser probados en una silla que existía allí y así pudieron desarrollar la interfaz que permite que una persona ordene el desplazamiento a través de señales cerebrales.

En 2012 el proyecto ganó el premio Innovar en 2012, y en la actualidad se sigue perfeccionando al impulso de un equipo de profesionales del Gateme, y del Instituto de Automática (Inaut) de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ.

Varios tesistas han recibido sus títulos de grado y posgrado a través del trabajo en este vehículo.