Por Santiago Fraga

La situación política que se vive en Brasil no deja de mantenerse álgida. La reforma laboral impulsada por el presidente Michel Temer llevó a las mayores centrales sindicales a un paro general este viernes, que amenaza con paralizar los transportes (incluyendo aeropuertos).

Entre algunos de los puntos que plantea la reforma, se encuentra la eliminación de la negociación colectiva de sindicatos con empresas buscando que se haga entre patrones y empleados directamente, abre la posibilidad de extender la jornada laboral hasta 12 horas diarias, prevé la contratación de forma discontinua y por tiempo determinado y estipula además que las mujeres embarazadas puedan trabajar en ambientes insalubres, para lo cual basta con que la empresa presente un certificado médico avalando que ello no ofrece riesgos para su salud.

A raíz de esta polémica, Conclusión dialogó con el abogado laboralista Jorge Elizondo, quien fue contundente al afirmar que “la reforma laboral de Temer se parece bastante a lo que quiere hacer Macri” en Argentina, algo que denuncia “hace bastante”.

“Yo lo vengo denunciando hace bastante. Siempre que hablamos de esto hablamos de que los objetivos son los mismos. Negociación por empresa, eliminar el convenio de colectividad, reemplazar los viejos convenios por nuevos, lo de Vaca Muerta y el convenio firmado por petroleros es el modelo que pretenden, lo que están haciendo con los lácteos también es un desastre”, aseguró Elizondo, quien luego continuó: “Están preparando un cambio estructural importante en lo que tiene que ver con derecho colectivo, y en plano del derecho individual y la legislación del trabajo, una nueva flexibilización sobre un derecho de trabajo que ya está. La gran flexibilización la hicieron en los 90’, y aún no se pudo revertir. Hay convenios que son un desastre”.

En este contexto, Elizondo sostiene que todo depende de las direcciones sindicales, que indudablemente son combativas. “Yo no creo que esto termine en una simple huelga, sino que habrá un plan de lucha. Ellos están muchos más avanzados que nosotros en la destrucción de la legislación laboral”, afirmó.

De igual manera, comparó los puntos de la reforma laboral con lo que sucede en Europa, y principalmente en España.

“En España, en una fábrica admiten que se puedan juntar tres personas y que esos tres negocien con el patrón, sin sindicato, y encima lo tratan de justificar por el hecho de que la Constitución Española habla de los representantes y entonces dicen que representante puede ser cualquiera. Es una forma de des sindicalizar”, dijo el especialista, comparándolo con uno de los objetivos de la reforma de Temer.

En ese sentido, sostuvo que esa es la tendencia en Europa, que ya viene de mucho antes y sosteniendo que el estado de bienestar, salvo en Francia y Alemania, “lo están haciendo pelota”.

El pensamiento que rige desde las altas fuentes es que el trabajador se adapte a las necesidades de la empresa, siendo una pieza intercambiable que puedan poner y sacar a su antojo. En su opinión, es algo que parte desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que “imponen una nueva flexibilización laboral en América Latina”, y “lo van a hacer si es que no hay un freno”.

¿Y los sindicatos?

Los sindicatos juegan, en este sentido, un papel fundamental a la hora de poner ese freno. Elizondo sostiene que muchas de los gremios o centrales están en la coyuntura, en lo inmediato, pero no en cuáles son los objetivos de la clase que está en el poder. Así, recalca la importancia de que la gente sepa cuáles son los objetivos de esa clase dominante, por qué las cosas son así o por qué hay tanta gente en la calle: “Ellos quieren abaratar el llamado costo laboral, que consideran que es demasiado alto en relación a otros países de América Latina. Techint es un ejemplo”.

De esta forma, asegura que no ve mucha firmeza de los sindicatos a la hora de hablar de las condiciones de trabajo, más allá del salario y las obras sociales.

“El Gobierno ya ha ganado en el tema de salarios, porque quedaron abajo y van a quedar más abajo todavía, pero a ello le van a agregar todo lo que tiene que ver con el sistema de trabajo y la imposición de formas de producción más alienante, una mayor flexibilización de la jornada, tomarte el tiempo que ellos te necesiten, eso es lo que ellos quieren. No veo una convicción salvo la corriente federal o ciertos sindicatos como Bancarios y demás. Yo creo que hay que hacer un trabajo más por abajo, más ideológico. Si la masa no comprende la situación, no va a luchar más que por lo inmediato”, ratificó.

Sin el Congreso es imposible

Para que la reforma se haga ley, ésta previamente tiene que pasar por el Congreso. Jorge Elizondo estuvo presente en Argentina con la Comisión Bicameral que trató el tema de los DNU cuando sacaron el decreto 54, formando la Ley de Riesgos del Trabajo, que luego fue proyecto y finalmente se convirtió en ley.

Al respecto, contó sobre ello: “En muchos legisladores yo vi una tranquilidad que realmente me sorprendió, y no hablo de los del PRO. Los senadores aprobaron casi por unanimidad, sólo con algunas abstenciones, el proyecto de reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo que empeora muchísimo la situación. Así que no me sorprendería que puedan aprobar más legislaciones de este tipo. Lo que no pueden aprobar por el Congreso te meten un DNU cuando no hay ni necesidad ni urgencia”.

Finalmente, concordó en que el impulso de esa ley fue un primer  paso para tantear el terreno, ya que cree que “para ellos era más importante todavía el tema de la flexibilización laboral que el tema de riesgos del trabajo”.

“Para ellos era más importante porque implica cambiar totalmente la estructura en materia de negociación colectiva, que eso es lo que les preocupa a ellos. Ellos quieren romper el convenio de colectividad, quieren el convenio por empresa o convenios sectoriales”, concluyó.

Huelga general en Brasil el viernes contra las reformas de Temer

«El Poder Judicial es el más aristocrático y menos democrático de los poderes»