Un grupo de científicos liderados por el biólogo evolutivo Ben Garrod y de la paleontóloga Alice Roberts viajó al Golfo de México para conseguir evidencia que determinara si efectivamente un asteroide fue el responsable de la extinción de los dinosaurios y cómo fueron las horas posteriores a esa catástrofe.

El impacto, ocurrido 66 millones de años atrás, provocó una gran conmoción en todo el planeta y causó la desaparición de los dinosaurios. El golpe del asteoide de unos 14 kilómetros de diámetro provocó un cráter monumental de 180 kilómetros cuadrados y 32 kilómetros de profundidad, cerca de la Península de Yucatán, donde el equipo de Garrod logró llegar para conseguir pruebas que corroboraran las hipótesis nunca comprobadas por la ciencia.

Según lo que trascendió de la investigación, la explosión generó tal reacción que el Sol quedó bloqueado, lo que causó un descenso abrupto de la temperatura, que duraría una década.

Esto terminó con la mayoría de la vida que se conocía hasta entonces. Aquellos dinosaurios que no murieron por los múltiples tsunamis, la lluvia de rocas o intoxicados, lo hicieron por la falta de alimento.