Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

«Sin dudas a mediados del 40, nuestro país definió esquemas de desarrollo y planificación que tomaron como base una patria, con fuerte contenido industrial, y que iba a reivindicar a la clase trabajadora, conjuntamente con el empresariado nacional, como motores del desarrollo. Hoy, en estas instancias, donde todo en el Mundo – luego de la caída del Consenso de Washington – está en disputa y discusión, resulta necesario instalar en el debate nacional y en nuestro sector naval, el sentido de las políticas, que debemos desarrollar en el contexto Mundial y Latinoamericano, con vistas al logro de una Nación y una región integrada», Cayo Ayala, Secretario General FeMPINRA.

La Comisión de Intereses Marítimo, Fluviales, Pesqueros y Portuarios invitó a las Comisiones de Legislación General, de Industria y de Presupuesto y Hacienda a tratar un proyecto de ley en revisión por el que se crea el Régimen de Promoción de la Industria Naval Argentina; proyecto de ley en revisión por el cual se establece el Desarrollo de la Marina Mercante Nacional y la Integración Fluvial Regional; régimen para el fomento de la Marina Mercante Nacional-creación del Consejo Nacional de la Marina Mercante e Industria Naval; creación del fondo para el desarrollo de la Industria Naval Nacional –FODINN-; régimen para la actividad del transporte por agua; y un régimen de desarrollo sustentable de la Marina Mercante Nacional.

El proyecto, una iniciativa de Pino Solanas, que tiene media sanción del Senado, persigue una ley de promoción de la industria naval, el régimen de desarrollo sustentable de la Marina Mercante Nacional y la creación del fondo para el desarrollo de la industria naval nacional. Faltaba que diputados lo trate en comisión y con dictamen favorable pase al recinto para su debate y aprobación. No sucedió así, se rumoreó en los pasillos del Congreso que Nicolás Dojovne ordenó cajonear la posibilidad de que avance el proyecto. De allí que haya asistido un solo legislador del oficialismo.

Astilleros Río Santiago

En el marco de las exposiciones que se realizaron en el plenario de comisiones que se realizó en Diputados la semana pasada, desde el sector de los trabajadores, armadores, y representantes del sector naval se buscó acelerar los tiempos en la Cámara baja para que se sancione cuanto antes una Ley de Industria Naval, y Marina Mercante.

«Perdemos US$ 5000 millones por año pagando fletes a navieras extranjeras -apuntó Martín Ayerbe- desde que Cavallo y Dromi entregaron las reservas de cargas internacionales que Argentina poseía, por la cual tenía un mercado de fletes cautivo para uso exclusivo de la bandera nacional correspondiente al 50% de las cargas internacionales, que se trata de un derecho internacional reconocido por la legislación de todo el mundo, por el cual tenemos derecho los argentino a ejercer el 50% de los fletes de caga de importación y el 50% de exportación», arrancó el dirigente en su exposición.

Tras escuchar la posturas de varios representantes del sector naval, Conclusión dialogó con Martín Ayerbe, dirigente del Movimiento Industrialista Nacional (Minac) y también presidente del Foro Naval Argentino Hipólito Bouchard, quien manifestó su preocupación porque se había malogrado la posibilidad de avanzar con el proyecto de Pino Solana, a causa de la ausencia de los diputados del oficialismo.

—¿Como empezó la crisis del sector naval en materia de transporte y construcción de buques? 

—Con Cavallo y Dromi se dinamitó la reserva de cargas a través del decreto 1772, y se liberó la bandera y la flota mercante privada pasó a la «bandera de conveniencia», lease, Panameña,  Islas Marshall, o Bahamas, es decir los paraísos navales al igual que sus homólogos, los paraísos fiscales.  Constituidos por hombres ricos de las finanzas u hombres ricos de la navegación, donde lavan sus activos, obtienen desgravaciones impositivas, no pagan cargas sociales y dejan librados a los trabajadores embarcados a su suerte. ¿Porque se permitió esto? Porque en el caso de tener que litigar tendrá que conseguir un abogado en Panamá o Liberia (país inventado por los estadounidenses en África), En nuestro país existió el Fondo de la Marina Mercante, que no era perfecto pero existía, financiaba la construcción de buques argentinos. Pero la destrucción que provocó Menem en 1991, solo se resolverá atendiendo los proyectos creados por los trabajadores de Astilleros Río Santiago. El astillero más grande de América Hispánica que soportó estoicamente por la lucha de sus trabajadores, el proceso de privatización de la ley 23696 de Reforma del Estado, que toda la partidocracia demoliberal aceptó acríticamente.

—¿Como fué en aquel entonces?

—La Argentina se desreguló y privatizó sus empresas estratégicas, entre ellas el mayor patrimonio que tuvimos los argentinos, YPF creada por los radicales Irigoyen y Mosconi, por lo que convocamos hoy a los correligionarios radicales para que corrijan el rumbo y vayamos en pos de recuperar nuestras empresas e industrias estratégicas. En el caso de los Astilleros Río Santiago, se resistió el proceso privatizador por el cual tenemos a nuestros compañeros heridos, muertos y algunos se suicidaron porque no aguantaron la presión que significo esa lucha y llevaran sus heridas hasta el último día. Nosotros como continuadores de los proyectos transporte por agua con reserva de carga, con tramite 8419/2016 en diputados y Fondo de Desarrollo de la Industria Naval Nacional (Fondinn) trámite 8418/2016 en diputados, buscamos con estos proyectos volver a ser una potencia naval. Pero, además porque son parte de esa continuidad histórica de los proyectos creados en los Astilleros Río Santiago, que son superadores porque además de denunciar la situación de de la industria naval, la resuelve. Y desde una visión estratégica, son la continuidad de la línea histórica de los trabajadores, en los proyectos enunciados en La Falda de Huerta Grande y los 26 puntos de la CGT.

—¿En que consisten esos proyectos que abordan las carencias de la industria naval y que resistencias tienen?

—Crean el mercado de cargas internacionales para la bandera nacional, y una condición de armador por la cual quien quiera realizar fletes que le corresponden a la bandera Argentina, debe inscribirse en un registro, realizar una inversión genuina del 15 % en astilleros argentinos para construir buques argentinos, con mano de obra Argentina, tripulados por marinos argentinos y recuperar la marina mercante.Argentina tiene un problema grave, porque mueve más de 130 millones de toneladas por año, son volúmenes muy grandes. El país necesita una flota mercante para ocupar la reserva de carga que le corresponde, para ello es necesario que construya de más de 175 naves de gran porte, 118 buques graneleros, 39 buques petroleros, 14 buques portacontenedores, no son pequeñas obras y para ello tenemos el astillero más grande de América Latina con capacidad para albergar 9000 hombres que es Río Santiago, entonces, en este caso el Fondo de Desarrollo de Industria Naval Nacional, se capitaliza con un gravamen del 2%, porque el financiamiento hay que obtenerlo de quienes hoy ejercen la navegación y no pagan en Argentina impuestos y tampoco construyen barcos. Que no es el imperialismo paraguayo que se denunció en esta comisión de diputados, son las multinacionales del comercio exterior, Maersk Sealand , Mediterranean Shipping Company, Hamburgsud, Cargil, Continental, Archer Daniels Midland Company, las grandes navieras que parece que nadie las ve. Que parece que no existieran, y que el único conflicto es con la bandera paraguaya en la hidrovía, mientras que el 95% de las cargas que mueve el país lo hacen por buques en rutas de ultramar.

—¿De que forma Argentina podría preservar sus cargas?

—Argentina tiene dos proyectos de ley patrióticos para reservar las cargas internacionales y financiar con un gravamen del 2% a las multinacionales del comercio exterior. El precio de la soja estuvo estabilizado en 550 dólares los últimos 12 años, y el flete marítimo a China para transportar una tonelada de soja costaba 70 dólares. El gravamen del Fondinn, que impulsamos es apenas de 1,40 u$s frente a 550 de la soja, 70 del flete marítimo. Si la Sociedad Rural y las multinacionales no se quejan que el precio de la soja baje a 350 dólares la tonelada, cual es el conflicto para que se cobre 2%, para financiar la construcción de barcos. Ese cálculo se observa en el Plan Naval Argentino, presentado a Cristina Fernández de Kirchner en 2011, y otro proyecto que falta es ELMA XXI que tiene estado parlamentario pero que no se trató en comisiones, se trata del expediente 1332/2017 en diputados

—¿De que trata el proyecto Elma XXI?

—Elma XXI vuelve a recrear, el armador estatal que Argentina necesita, porque toda la industria nacional ha sido creada por el estado empresario argentino, las fabricaciones militares por el general San Martín, la industria petrolera no existía antes de que YPF creada por Mosconi como política de Estado, el acero, la siderurgia, tampoco había industria de la navegación antes del Astillero Río Santiago, siempre fue el estado nacional la vanguardia de la industrialización en nuestro país. Necesitamos recuperar el armado nacional, con un operador logístico estatal multimodal, ya no marítimo como la vieja empresa Elma sino una empresa de línea multimodales que puedan ejercer la totalidad de las cargas internacionales en el comercio exterior y que también pueda apoderarse del transporte ferroviario y del transporte carretero, como el aeronáutico de Aerolíneas Argentinas para crear una cadena logística estatal, que permita estabilizar el mercado de fletes argentinos, que hoy es una calamidad, por la inexistencia de buques de bandera argentina.

—A mediados del 60 se denominaba polimodal esta práctica de dar respuesta al tratamiento de cargas en el territorio argentino, pero existía política fiscal, ¿Como se debería resolver ene este presente?

—Hace 25 años que no se construye un buque en el país, y en el caso del transporte interior de nuestro país, el 95% de las cargas se transporta en camión, estamos muy mal los argentinos, hay que mejorar y mucho, y para esto necesitamos bastante más que desgravaciones impositivas a hombres ricos, como son los dueños de los barcos, o titulares de navieras como para que no paguen IVA, ingresos brutos, ganancias y que tampoco paguen las cargas sociales a los trabajadores, es demasiada desregulación. No podemos desregularnos más que el Paraguay, para poder competir. Necesitamos desde la posición de fuerza y desde el espíritu de liberación de los argentinos reconstruir nuestra marina mercante con un actor logístico estatal y como debe ser Elma XXI crecuperar una reserva de carga nacional que por derecho nos asiste y con el fondo de industria nacional que debe ser financiado por las multinacionales. No como el articulado que propone privatizar el astillero Río Santiago, o que propone someter la recaudación impositiva a la importación del capítulo 89 del nomenclador del Mercosur. No podemos dejar la industria naval argentina en manos de los importadores de chatarra naval. Entonces, estos 3 proyectos de ley crean un trípode de soberanía nacional porque reservan el mercado de carga internacionales que constituye un derecho que la Argentina debe ejercer. El señor de Mendiguren bien mencionó la Jhon Ax de los norteamericanos por la cual buque que toca puerto norteamericano debe descargar y todo el cabotaje interior se hace con bandera nacional, pero le quiero agregar al señor de Mendiguren que los norteamericanos además de tener esa empresa para el cabotaje interior tienen a Merck Sealand, que es la naviera más potente del planeta, y que se comió todo el transporte de carga de la Patagonia que realizaba anteriormente Transporte Navales de la Armada, entonces desde el poder de la fuerza de sus propio mercado interno nos roban el mercado de cargas a los argentinos.

—¿Para lograr este objetivo que es necesario?

—Para eso necesitamos decisión política, y desarrollos que permitan recuperar las cargas internacionales, para liberar al país de los mercados internacionales y de las potencia extranjeras y de sus embajadas.