Melincué atraviesa horas difíciles. Si bien la localidad santafesina tuvo un comienzo de año turbulento con las inundaciones y el desborde de la laguna del pueblo, la situación se complicó con las últimas lluvias.

Desde el Cuerpo de Bomberos Voluntarios le confiaron a Conclusión que “se vivieron tres procesos de inundaciones, pero sin dudas este es el peor”.

Fue el presidente de dicha institución, Roberto Rodríguez, quien le manifestó a este medio que “la costa de la laguna está unos 20 centímetros más alta y poco a poco va deteriorando la defensa que establecimos provisoriamente”.

En el ’78 y en 2003 tuvimos dos situaciones similares a esta, pero hoy estamos muy complicados. Es un estado de emergencia porque si la lluvia y el viento persisten, el agua va a derribar la defensa y va a ingresar al casco urbano, como pasó hace 20 días, pero con el agravante de que la laguna tiene un nivel superior”, continuó.

El viento sur nos genera un problema grande. Porque si bien la defensa resiste el agua, cuando vienen las ráfagas muchas veces la supera y en algunos casos la derriba. Esta laguna tiene características de mar, por lo que hay olas de hasta dos metros de altura”, añadió Rodríguez.

Con respecto a la presencia en el lugar, destacó que “hay gente del ejército que es pagada por el Gobierno, además de los bomberos y de empleados municipales, entre otros. Tuvimos un año en donde las lluvias castigaron y mucho, por lo que sabemos que esto va para largo y con mucha suerte lo vamos a poder superar. Lamentablemente no pudimos contar con las herramientas para prevenirlo”.

En tanto, el presidente comunal de Melincué, Gabriel Rébora, indicó que “estamos peor que nunca. La laguna sigue subiendo como nunca antes había pasado, ya superó en cuarenta centímetros a la ruta 90”. Por otra parte, advirtió en diálogo con Télam que si se desbordara el espejo de agua «tendría que decirle a la población que agarre sus bolsos con lo que puedan meter y que salgan corriendo porque sería una catástrofe que terminaría con el pueblo completo bajo agua«.

Asimismo, Rodríguez expresó: “Sabemos que esto es cuestión de seguir laburando e insistiendo con bloquear el agua. Pero no es sano vivir así. Todos los bomberos tienen otro laburo y es muy difícil continuar de esta manera. Llega un momento que todo esto te agota. No tenés vida. Es luchar todos los días, acostarte a dormir pensando en cómo va a estar el clima mañana, y si sabés que va a estar feo o va a haber viento, no podés dormir. Es muy estresante”.

La gente está preocupada, pero también muy comprometida. Emociona ver cómo los más chicos, las señoras y hasta los más viejos se acercan y ayudan. Nos hacen saber que no estamos solos en esto”, finalizó.