Por José Odisio

Perder nunca es bueno, pero a veces sirve para corregir a tiempo situaciones que parecían correctas, que estaban ocultas detrás de los buenos resultados. El golpazo que Newell’s recibió de Independiente obliga a un análisis rápido de Osella para hacer los ajustes necesarios. Primero para el Clásico, un partido que no necesita explicaciones, y luego para el tramo final del torneo, donde Newell’s sigue siendo candidato.

San Román no es Dani Alves, pero su lesión desestabilizó a una defensa que parecía invulnerable. Sills pasó a sufrir de cuatro y sin un cinco de contención, Domínguez, Moiraghi y Paz tambalearon. Los rapiditos de Independiente hicieron lo suyo, pero la exposición de los zagueros los hizo «lentos». Punto principal a corregir de cara al Clásico.

Seguramente irá Escobar de cuatro. Y Sills volverá de cinco, salvo que Osella vuelva a pensar en Jalil Elías. ¿Alcanzará con esa variante para reacomodar la defensa? Partidos son partidos, pero con ese esquema la Lepra estuvo cinco cotejos sin recibir goles.

Y en el arranque de semana, lo externo no debería ser noticia. Newell’s no perdió por la deuda con los jugadores y empleados, ni por entrenar con ropa informal. Pero los comunicados y los problemas fuera de la cancha están inevitablemente en la cabeza de todos. Y sin quererlo se pierde el foco.

Por eso la dirigencia debería evitar conflictos, reales o dialécticos. El Clásico requiere de máxima concentración, dentro y fuera de la cancha. Los detalles pueden marcar la suerte final. Y para un final feliz hará falta del esfuerzo de todos.