Por José Odisio

Tenía que ganar y lo hizo. No importaban las formas, era necesario cortar la racha adversa y despejar fantasmas. El miedo a quedarse con poco estaba en el aire del Parque y los cuestión amentos se sumaban a cada instante.

El triunfo ante Olimpo trajo calma. Y volvió el optimismo que reinaba previo a la fecha 23. Y para mejor, la tabla y los rivales se complotaron para que la victoria tenga mayor valor. Newell’s pasó de estar casi fuera de la Libertadores a ser nuevamente un contendiente por el título. Créase o no.

Es que San Lorenzo volvió a perder, Boca dejó puntos en el Ducó, River no pudo con Central, Colón entró en caída libre, y sólo Banfield sumó de a tres. Entonces, de estar agarrado con alfileres al quinto puesto, la Lepra pasó a un cómodo tercer lugar que inclusive le permite amenazar al menos una semana más a Boca.

Los pibes respondieron. Buena noticia para Osella en una recta final donde lesiones y suspensiones lo obligan a «estirar» el plantel. Fertoli demostró capacidad goleadora, justo cuando el DT se quedó sin Scocco. Y Elías e Isnaldo no hicieron extrañar demasiado a Sills y Amoroso.

Hubo desatenciones defensivas, una vez más. Ni enfrentar a un rival de menor talla le devolvió solidez al equipo. Pero como sucedió en gran parte del torneo, la Lepra aprovechó las «gentilezas» del fixture. Y ganó a un rival que en la previa debía ganarle. Y entonces, todo volvió a acomodarse, en la tabla y en la cancha. Volvió la paz.