Por Andrea San Esteban

Conseguir dinero es la prioridad del sistema, desde los países centrales hasta las malas copias periféricas. Para que los países ricos sigan siéndolo es necesario por contraposición el empobrecimiento de los no desarrollados, mano de obra barata, robotización a cambio de humanidad y entrega de territorio. Quiebre de pequeñas empresas, obreros en la calle.

Es el caso del supuesto salvataje de la firma Carrier por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a cambio de despedir al 90 por ciento del personal y reemplazarlo por robots.

“En Argentina no caeremos en la crisis de 2001, mientras podamos honrar la deuda consiguiendo dólares”, sostiene el economista Juan Carlos Latrichano.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) desde hace 4 años viene difundiendo a «Raúl Prebisch y los desafíos del siglo XXI», que sostiene los basamentos de la primera etapa del pensamiento estructuralista en el centro del debate actual sobre el desarrollo de América Latina y el Caribe.

La necesidad de difundir estas ideas urge, porque el mundo se está quedando sin recursos para explotar.

Prebisch sostenía que “el sistema no se expande, se contrae. Se come a sí mismo” y a los seres humanos que habitan en ellos, que es un “mito la expansión espontánea del capitalismo en la órbita planetaria. “El capitalismo desarrollado es esencialmente centrípeto, absorbente y dominante”.

El planeta agotado

Para que los países desarrollados sigan siéndolo, necesariamente tienen que contratar mano de obra barata, destruir el medio ambiente y vender su producción, mientras que del otro lado del mundo están los países periféricos, subdesarrollados que son exprimidos por los países centrales. Los países pobres o subdesarrollados firman leyes de entrega de territorio en caso de caer en default.

Mauricio Macri el 11 de enero de 2017, a través del decreto “29/2017, facultó al Ministerio de Finanzas a tomar deuda por hasta U$S 20.000 millones o su equivalente en otra moneda y definió la prórroga de jurisdicción a favor de tribunales sitos en Nueva York y/o Londres».

En el Boletín Oficial puede leerse con las firmas del presidente Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña y del ministro de Finanzas, Luis Caputo, que en el caso de no poder afrontar Argentina los intereses de esa deuda o el capital, entregará territorio.

“Queda constancia de la renuncia de la Argentina a la defensa de la inmunidad soberana y la exclusión de este desistimiento a las reservas del Banco Central, los bienes diplomáticos, la herencia cultural, los depósitos bancarios, valores y otros medios de pago e incluye expresamente los recursos naturales, como prenda, en el caso de que la Argentina no pueda afrontar el pago de los intereses o del capital de la deuda. El 6 de abril Macri informó, a través del Boletín Oficial, que el Gobierno tomará deuda por 3.000 millones de francos suizos bajo similares condiciones a las de la operatoria de enero”, sostienen los abogados Cholvis, Cortis y Barcesat, en la demanda que le realizaron al presidente Macri.

Modelo de extracción de riquezas para obtener dinero prestado que es una mera ilusión. Dinero a cambio de la entrega del país.

A nivel mundial se habla de la “lucha por la existencia”.

En América Latina, -según cifras del PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-, la movilidad social de pobres a ricos (o del estrato social D al estrato social A) se calculó a finales de 2001 en 2% en un período de 10 años y en un período donde se calculaba un crecimiento económico sostenido de la región.

Amarthia Zen (premio Nobel de Economía 1997) demostró las enormes asimetrías del sistema y la deglución de los países periféricos a manos de los centrales, esto sigue sucediendo a tal voracidad que el 1 por ciento de la población posee la riqueza del 40 por ciento de la población mundial.

El último informe de “Cambio Climático» y la publicación “Spanish Revolutión” sostienen que “hoy ya consumimos casi 2/3 de la riqueza del planeta en solo siglo y medio de industrialización. Los daños al medio ambiente están por doquier. El ritmo de depredación no se explica por el crecimiento poblacional, pues sólo Estados Unidos con 310 millones de habitantes de los casi 7 mil millones que tiene el planeta, consume 1/4 de los recursos industriales que el mundo produce, lo cual evidencia un patrón distorsionado de consumo. Las tecnologías implementadas no son amigables con el planeta, las estrategias de reciclaje no son efectivas y compromete la estabilidad económica de las empresas y los países”.

“Las otras formas de la guerra, la guerra liquida”, expresa Zygmunt Bauman en su último trabajo “Retrotopia”, haciendo referencia a las nuevas formas de exterminio en relación a los tiempos que corren.