Por José Odisio

Newell’s debe ganar. La afirmación surge espontáneamente a partir de una racha adversa de tres derrotas al hilo que abrieron dudas y cuestionamientos justo en la recta final del torneo.

Pelear por el título ya no es posible, pero el ingreso a la Copa Libertadores es un premio demasiado preciado como para no buscar una rápida recuperación. Y Olimpo, un equipo de los considerados «ganables» aparece como un rival ideal para una recuperación que tiene carácter de urgente.

De todas maneras Newell’s primero deberá superar a sus propias dudas. Los miedos que surgieron a partir de estas tres derrotas necesitan de un partido donde la Lepra recupere estabilidad. Ser más parecido al de las primeras 22 fechas, aquel que ganaba sin lucir, pero con una solidez defensiva y una efectividad del tridente ofensivo que alcanzaba para sumar y crecer en la tabla.

No hay dudas que el trabajo de Osella hasta aquí fue para destacar. Pero como sucede en el fútbol, muchas veces se ve lo reciente, lo inmediato, y en ese sentido, bajar el nivel en este tramo final y quedarse afuera de la Copa Libertadores sonaría a fracaso, aunque hace un año muchos hubieran sostenido que era una «misión imposible».

Por eso el DT volverá a apostar a un esquema 4-2-3-1 más ofensivo que el 4-4-2 que paró en la Bombonera. Y desde lo nominal, con el ingreso de Fertoli por Sills también habrá una mayor intención de atacar. El mensaje desde afuera está, los jugadores tienen la palabra adentro.

Esta vez el marco será inusual. El Coloso a puerta cerrada no es el escenario que la Lepra hubiera deseado. Y la otra prueba para los de Osella será meterse en el partido rápido, sin esa ayuda de la gente que a veces obliga a despertarse temprano en el partido. No volverse loco, recuperar la memoria y recuperar terreno en la zona alta de la tabla, donde ya no se aceptan nuevos traspiés.