Por Franco Albornoz

La industria del calzado en la provincia de Santa Fe atraviesa una larga crisis, y lucha por ponerse de pie. En la actualidad, los trabajadores del sector enfrentan reducciones horarias, suspensiones y hasta despidos. Las razones que encuentran desde la industria son varias, pero principalmente apuntan a la caída del consumo interno, que generará este año una baja en la producción a nivel provincial de entre 25% y 30%.

Así lo expresó en diálogo con Conclusión, Alberto Serra, gerente de la Cámara de la Industria del Calzado de Santa Fe, quien confirmó que el panorama a futuro no es alentador.

“La situación viene con la tendencia del año pasado, la baja del consumo en el sector es muy notoria”, afirmó Serra, al tiempo que adelantó que “tampoco se ve ningún indicio de recuperación”.

“Si bien hubo algunos sectores con mejores perspectivas, el consumo de estos bienes no durables sigue estancado, eso trae una serie de consecuencias bastante serias en lo que es la producción de calzado”, agregó.

En este sentido, el gerente de la Cámara relativizó el impacto de las importaciones en el contexto general del sector, y manifestó que si bien “trae dificultades adicionales, no es el elemento fundamental que afecta a la producción”.

“Al no haber consumo no se compra ni lo nacional ni lo importado, porque no es más barato tampoco en este caso. De igual forma los volúmenes importados vienen creciendo y cada zapato que se importe es uno menos que se fabrica en el país, es un tema importante pero no fundamental”, profundizó.

Asimismo, más allá de las diferentes causas que aportan a la crisis del calzado, según informó el propio Serra «hubo una notoria baja en la cantidad de horas trabajadas, y despidos por goteo”.

Un dato revelador para dimensionar el impacto de la problemática en Santa Fe, está relacionado con que en la provincia hay alrededor de 160 fábricas que emplean de forma directa o indirecta a 3 mil trabajadores. Sin embargo, desde la Cámara aseguraron que “hay una disminución paulatina en la cantidad de trabajadores, pero como el 95 por ciento de las empresas del sector son Pymes, no quieren desprenderse de su personal porque lleva mucho tiempo prepararlos», concluyó.

Programa nacional

En este marco, el Gobierno nacional asumió el compromiso de avanzar en una agenda de trabajo común basada en cuatro ejes: Estímulo al consumo, cuidado del empleo argentino, ley de formalización laboral y mejora de la competitividad exportadora de la industria nacional.

El convenio fue firmado el mes pasado por el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y sus pares de Trabajo, Jorge Triaca, y de Hacienda, Nicolás Dujovne, junto con las empresas y representantes gremiales de los sectores textil, indumentaria y calzado.

«No hay sectores inviables en la Argentina y la realidad indica que falta trabajo y sobran prejuicios. Creemos que podemos tener una industria textil competitiva y con ese objetivo lanzamos planes de 3 y 6 cuotas sin interés. Además estamos avanzando en un proyecto de ley para combatir la informalidad laboral», remarcó Cabrera al explicar los lineamientos centrales del acuerdo en una conferencia de prensa.

En tal sentido, destacó que en el marco de las prioridades definidas en el Acuerdo Productivo Nacional «tomamos la decisión de apoyar y fortalecer la competitividad de las industrias textil y del calzado, en un esquema de compromiso de todos los actores de la producción nacional, es decir el Estado, las empresas y los trabajadores».