British Airways sufrió hoy una segunda jornada caótica en Heathrow, el aeropuerto de Londres donde más de un tercio de las partidas fueron canceladas.

La compañía asegura que todo va volviendo a la normalidad luego que sus sistemas se colgaron por un problema eléctrico. Se temen por otra parte pérdidas millonarias por los reclamos de resarcimiento de los pasajeros. En el aeropuerto de Gatwick la situación mejoró, aunque siguen habiendo fuertes retrasos.

La rabia y la desesperación de muchos pasajeros fue evidente a lo largo del día. Las protestas siguieron creciendo a pesar del «mea culpa» oficial hecho incluso por los máximos dirigentes de la empresa, entre los cuales el director ejecutivo, Alex Cruz.

«Sé que fue un momento horrible para los clientes -admitió Cruz- algunos perdieron sus vacaciones otros quedaron atrapados en los aviones, otros aún no recuperaron sus equipajes».

Junto a las disculpas, Cruz aseguró que «muchos» de los sistemas ahora funcionan y que incluso para el día de hoy en Gatwick todo iba a volver a la «casi normalidad». Respecto de Heathrow, deberían quedar garantizados los vuelos de larga distancia.

Los expertos indican que para recobrar la total operabilidad en gran escala serán necesarios de todos modos varios días.

El tema clave es el funcionamiento del Terminal 5, que se ha ido trasformado en una suerte de acampamento para los pasajeros.

Como si no fuera suficiente, el número gratuito de emergencia donde pedir informaciones no funcionó. Y también se difundió un aviso para no no dirigirse al aeropuerto -a no ser de tener la seguridad de la partida del vuelo-.