Es lunes a la tarde y las máquinas de IMPA están apagadas. El silencio perturbador de la fábrica en reposo impide imaginar la revolución que ocurre en el cuarto piso. Allí, detrás de una puerta metálica que aísla el olor que deja la transformación industrial del aluminio, unas diez personas corren de un estudio a otro preparando todo para la grabación de La política por otros medios, uno de los programas que componen la grilla de Barricada TV, el primer canal comunitario de la Ciudad en llegar a la Televisión Digital Abierta y que, desde mañana, se podrá ver en el canal 32.1.

«Barricada no es solo un canal de televisión. Es una herramienta de un proyecto más grande de transformación social», explica Natalia Vinelli a Tiempo antes de iniciar la grabación del programa. «Una herramienta que pueda acompañar a los que vienen peleando, y más ahora», completa una de las referentes del canal.

Barricada TV es una de las cuatro señales comunitarias que ganaron los concursos de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) a fines de 2015 para salir por TDA. Habían pasado cinco instancias de revisión técnica con el puntaje máximo. Pero la buena noticia llegó dos días después del balotaje presidencial. Luego vinieron los decretos que voltearon la «ley de medios», la desaparición de la AFSCA y el retroceso en las políticas de fomento de pluralidad.

Un año les llevó lograr que el ENaCom reconociera que Canal 13 estaba transmitiendo ilegalmente en su frecuencia y les asignara otra. Pero en la calle se forjó esta iniciativa y allí pretenden seguir. De ahí, también, el nombre del canal.

Los inicios

«Barricada es un proyecto que surge en el año ’98 en el contexto del movimiento piquetero con las experiencias de cine militante. Ahí ya empezó a salir la idea de hacer un canal de televisión, aunque era apenas un sueño», cuenta Vinelli, integrante del grupo fundador. «Después de 2001 empezamos a trabajar haciendo emisiones de televisión con el Movimiento de Trabajadores Desocupados Teresa Rodríguez. Llevábamos un pequeño transmisor, subíamos una antena al punto más alto que pudiéramos, hacíamos un set de TV y emitíamos. Era impresionante lo que pasaba en el barrio: era el impacto de ver personas que nunca habían tenido posibilidad de expresar en la TV sus problemas, sus intereses y sus demandas», recuerda.

Claro que no era un lenguaje televisivo, reflexiona Vinelli. Eso los llevó a organizar talleres de formación en TV y, en 2008, a iniciar el primer noticiero popular.

Una de sus primeras ediciones fue la cobertura de una protesta para modificar la Ley de Radiodifusión de la dictadura. El programa que entonces fue subido a YouTube llevaba el reclamo de que los medios comunitarios fueran incluidos en el proyecto de lo que sería la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El miércoles próximo, la nueva emisión del noticiero será la primera transmisión en vivo del canal y podrá ser vista por TDA en toda el AMBA.

El desafío de la masividad

«De entrada nos propusimos hacer un canal lo más profesional posible. Entendemos que si vamos a hablar de TV alternativa no quiere decir berreta o mal hecha», aclara Vinelli, que bucea en la comunicación popular desde su época de estudiante (y luego docente) en la Carrera de Comunicación Social de la UBA. «Si queremos superar el cerco de los que piensan como nosotros, tenemos que llegar a un público más amplio. Y eso quiere decir pensar en una programación que tenga profesionalidad, una preocupación estética, que se escuche bien, que pueda ser entretenida. Esa es nuestra intención, la pelea por la masividad».

El mate circula en el sala de producción y por los monitores se ve a los camarógrafos acomodando la escenografía. Uno se sienta en la silla del invitado y prueba el micrófono, las luces. Hay chistes y nervios.

«El tipo de periodismo que queremos hacer es autogestionado, y estar en una fábrica recuperada nos iluminó mucho», añade Vinelli. «Porque acá te encontrás con un grupo de laburantes que puso en marcha una fábrica y se ocupó de todas las zonas que no eran de producción y que se supone que estaban reservadas para otros saberes. Demostraron que se puede sostener, hacer balances, marketing y colocar en el mercado capitalista los productos que producen. Eso nos marcó la pauta», añade.

Lucía Maccagno ceba un mate más y asiente a su lado. Ella tiene a cargo muchas de las cuestiones burocráticas y aprendió en estos años a llevar la parte contable y la búsqueda de financiamiento. También cuenta que para entrar en la disputa por la atención del público, Barricada pensó una programación inicial de 14 horas diarias que luego se irá incrementando.

Además del noticiero, contarán con programas de economía, de cultura y de deportes. Qué culpa tiene el tomate será su programa de cocina y tendrán otro de discapacidad, que surgió por iniciativa de un vecino. El barrio y las empresas recuperadas también tendrán su espacio, así como el programa sobre medios y política.

«Hacer las cosas chiquitas no nos conviene, no les conviene a los trabajadores, ni al pueblo», provoca Vinelli. «Nos han acostumbrado a conformarnos con los márgenes, pero tenemos que tratar de hacerlo crecer porque no solo proponemos otra comunicación sino un mundo en el cual no haya exclusión. Entonces, los medios que tenemos que construir tienen que estar a la altura o asumir el desafío de disputar sentido».

Un intruso llamado Clarín y el aumento de potencia

«El lunes pasado teníamos como 200 mensajes de WhatsApp desde Pacheco, Moreno, Quilmes y hasta de Carmelo (Uruguay)», cuenta Lucía Maccagno, una de las jóvenes integrantes de Barricada TV. Eran televidentes que respondían al pedido que se cruzaron en pantalla al hacer zapping.

El mecanismo le servía a Barricada TV para testear que la señal llegara bien y que no hubiera ninguna sorpresa, como la que sufrieron en 2016 al ver que su señal apenas alcanzaba cuatro cuadras. En el resto de la Capital se veía a Canal 13, que tenía una autorización precaria para experimentar en esa frecuencia.

Un año les tomó ser escuchados por ENaCom que, en lugar de respetar lo que habían ganado por concurso, los corrió al canal 32.1. Eso les generó costos inesperados por los que no fueron indemnizados (hay equipos específicos que ya habían adquirido y otros que tuvieron que adaptar), pero también les permitió mejorar su alcance. Como Barricada también tiene licencia de operador, ENaCom les pidió que transmitan la señal de Comarca Si, de Vicente López, algo que implicó una mejora en el radio de cobertura de 11 a 17 kilómetros.