Ludueña y los seguidores del Mercadito lloran. Es que el «Verde» fue nuevamente centro de atención de ladrones inescrupulosos que, en esta ocasión, no les perdonaron ni las luminarias de la cancha de fútbol.

El hecho ocurrió este lunes por la noche. Según el relato de Pablo Montero, presidente de la comisión directiva de la institución, «rompieron la puerta de acceso al depósito y se llevaron indumentaria, algunas pelotas, cinco reflectores de las torres de la cancha y hasta una canilla del sector vestuarios».

En diálogo con Conclusión, el dirigente de la institución manifestó que esta es la primera vez del año, pero «es la cuarta vez que nos entran a robar». «Durante el 2016 nos entraron tres veces».

«La primera vez nos entraron a un quincho que tiene el club, y nos robaron un freezer y una heladera para todos los socios. Ademas se llevaron 40 sillas y 4 juegos de tablones y caballetes. La segunda vez entraron a la Secretaría, y nos arrancaron las ventanas y las rejas. Esa vez recuerdo que quisieron robar la única computadora que tenía el club, pero les quedó trabada en la ventana», relató Montero. Y continuó: «En diciembre volvieron a entrar y nos robaron todas las pelotas, 80 pelotas, los elementos de entrenamiento y juegos de camisetas y y pecheras. Fue una desgracia con suerte si se quiere, porque pasó cuando estaba terminando la temporada, y nos quedaba un sólo partido de la liga».

El presidente relató que después de esos robos reforzaron las rejas y pusieron cámaras de seguridad en distintos sectores. Sin embargo, los ladrones volvieron.

«Lo de anteanoche fue increíble», señaló Montero con sorpresa. «Porque nos robaron los reflectores de la cancha, que van en lo alto de las columnas de 12 metros… no lo puedo creer. Fueron cinco reflectores en total. Y los cables que van por dentro de la columna también. Eso en la cancha. Y después entraron en los vestuarios, rompieron todas las puertas y se llevaron una canilla. La arrancaron y se inundó todo el vestuario. Y también rompieron un locker con 10 pelotas y algunas pecheras».

«Yo lo que creo es que son siempre las mismas personas y que conocen el movimiento del club», reflexionó Montero. «Hicimos siempre las denuncias correspondientes pero hasta ahora, siguen volviendo».

Y cerró: «La verdad que cuesta reponerse de esto, porque para los clubes de barrio es una situación muy complicada. Cada uno de esos reflectores de 1.000 watios sale más de 6.000 pesos. Imaginate que nos robaron 5. Nosotros tenemos los ingresos mínimos para que el club siga subsistiendo, así que este robo representa un gran problema».