Por: Ana María Sanchez

INTI RAYMI que en quechua significa ‘fiesta del sol’ ó resurrección del Sol   es la segunda celebración más importante Sudamérica, luego del Carnaval de Rio en Brasil.

Es una ceremonia  celebrada en honor de Inti (el dios sol), para agradecerle por la abundante cosecha y pedir por una más exitosa en la próxima estación y  que se realizaba cada solsticio de invierno , el 24 de junio, en el hemisferio sur.  Se celebra  anualmente en el Cuzco, continuando con la tradición,   en el complejo arqueológico de Sacsayhuaman y  con la presencia de visitantes nacionales y extranjeros.

Fue instituida  por el inca Pachacútec en la década de 1430 dC, como parte de su reorganización político-administrativa del estado inca, y desde el punto de vista político,  era un ritual para legitimar el control imperial sobre los pueblos sometidos.

Inti Raymi marca el comienzo de un nuevo año.

Científicamente, el solsticio de invierno en el Hemisferio Sur ocurre el 21 de Junio, pero de acuerdo a Pacha Unachaq – reloj solar usado por los Incas – el sol permanece algunos días en el mismo sitio antes de elevarse el día 24.

A la fecha esta representación o puesta en escena goza de un guión documentado, se lleva a cabo  últimamente en escenarios como el patio del templo del Qoricancha y la misma plaza del Cusco, desde esta plaza la comitiva real del Inka, se traslada hasta la explanada de la fortaleza de Saqsaywaman donde se ha instalan  tribunas para dar facilidad a los visitantes y el público local y espectadores,  que sobrepasan a los 100.000.

Más allá de ser hoy   una representación teatral, es también una de las manifestaciones tradicionales más evocadoras de la identidad nacional del pueblo peruano  porque simboliza los valores y recuerdos de su cultura y su  pasado.